Cáncer: los nuevos tratamientos y los riesgos emergentes para el tumor que más muertes provoca en el país
El domingo se celebrará el Día Internacional del Cáncer de Pulmón, una jornada para destacar la importancia del diagnóstico temprano, que aumenta significativamente las posibilidades de curación
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El cáncer de pulmón es el tumor que provoca más muertes en la Argentina. Según datos oficiales, en 2022 fallecieron 8438 personas por esta causa, mayormente hombres (62%). A la vez, un 87% de los casos de la enfermedad se desencadenan por el consumo de tabaco. En cuanto a los diagnósticos, es el tercero más detectado en varones, luego de los tumores de próstata y de colon, mientras que en mujeres es el que tiene más incidencia luego del cáncer de mama y de colon; dependiendo del año, entre ellas se encuentra por encima o debajo del cáncer de cuello de útero.
Enfrentar el cáncer de pulmón plantea dos grandes retos: reducir el impacto de sus factores de riesgo, especialmente el tabaquismo, y establecer estrategias que permitan detectarlo a tiempo para mejorar las opciones de tratamiento. En la actualidad, nuevos tratamientos como la inmunoterapia ofrecen a algunos pacientes un panorama mucho más favorable. Asimismo, como desafíos emergentes surgen los cigarrillos electrónicos, sobre cuyo impacto aún no hay datos certeros, pero los especialistas afirman que los daños que generan son severos.
El próximo domingo se celebrará el Día Internacional del Cáncer de Pulmón, una jornada importante para destacar la importancia de promover el diagnóstico temprano que aumenta significativamente las posibilidades de curación. En etapas iniciales, la enfermedad puede tratarse con intervenciones eficaces como la cirugía y la radioterapia localizada. Además, en los últimos años, se lograron avances importantes en fórmulas como la mencionada inmunoterapia.
La médica oncóloga Lorena Lupinacci, del Hospital Italiano, explica que “generalmente cuando el cáncer de pulmón da síntomas es porque está un poquito más avanzado”. Según Lupinacci, un paciente fumador puede no reconocer la tos como un síntoma preocupante, ya que la considera habitual. Sin embargo, advierte que cuando se produce un cambio en esa tos –como la aparición de esputo, tos con sangre, fiebre vespertina, sudoración nocturna o pérdida de peso sin motivo aparente– puede ser un indicio de alarma. “La tos con sangre es el motivo que despierta mayor conciencia, porque la tos pasa desapercibida en un fumador”, detalla, refiriéndose a cómo algunos síntomas específicos pueden llevar al paciente a tomar medidas.
Lupinacci destaca la importancia de la detección temprana, que permite buscar la “curación” en los casos en que el cáncer de pulmón está localizado y no hizo metástasis. En estadios iniciales, el cáncer se encuentra en el órgano de origen y permite tratamientos con el objetivo de curar. No obstante, aclara que cuando la enfermedad avanzó a un estadio 4, con metástasis o “localizaciones secundarias”, el enfoque cambia hacia la cronicidad, ya que en estos casos la curación no es alcanzable salvo en situaciones muy excepcionales.
La especialista menciona que “decir que una persona está curada en oncología implica haber pasado cinco años sin evidencia” de la patología. Señala, sin embargo, que algunos pacientes logran estabilizar su enfermedad y llevan una vida prolongada, cuestionando la posibilidad de considerarlos “curados” en algún momento.
El impacto de la inmunoterapia y las terapias dirigidas
Martín Pitzzu, director asociado de Asuntos Médicos en Oncología de MSD Argentina, destacó que el enfoque en cáncer avanzado mejoró considerablemente gracias a un “abanico de tratamientos biológicos” que permite abordar la enfermedad de forma integral. “Estamos en un momento muy bueno, acumulando herramientas para cambiar la historia de estos pacientes”, señaló.
Pitzzu resaltó el impacto de la inmunoterapia, que transformó el tratamiento del cáncer de pulmón, mejorando notablemente la supervivencia en casos avanzados o incluso con metástasis. Este tipo de tratamiento permite que el sistema inmunológico del paciente detecte y ataque las células cancerosas, y puede utilizarse solo o en combinación con quimioterapia, adaptándose a las necesidades individuales.
Estudios recientes muestran que ese tipo de terapias también son efectivas en tumores localizados, ya sea antes o después de la cirugía, y en tratamientos sin cirugía como la quimioterapia y la radioterapia, en una modalidad llamada tratamiento adyuvante.
Por otro lado, las terapias dirigidas son herramientas de gran impacto en el tratamiento del cáncer de pulmón. Permiten atacar específicamente ciertas mutaciones moleculares relacionadas con este tipo de cáncer y mejoraron la supervivencia de pacientes con cáncer de pulmón avanzado, sobre todo en el tipo de células no pequeñas, que es el más común. En etapas tempranas, estas terapias demostraron reducir el riesgo de recaída y aumentar la supervivencia después de la cirugía.
Lupinacci describió estas terapias como una “revolución en el tratamiento del cáncer”, que marca un cambio de paradigma frente a la quimioterapia tradicional. “La quimio es citotoxicidad directa, va a matar lo que se está multiplicando sin distinguir entre células buenas o malas”, explicó. En cambio, la inmunoterapia “entrena a nuestros glóbulos blancos, nuestras defensas, para que ellos vayan a atacar a la célula tumoral”, señaló Lupinacci. Además, crea una “memoria” en el sistema inmunológico, permitiendo que las defensas del paciente sigan actuando incluso después de finalizado el tratamiento.
El riesgo de los cigarrillos electrónicos
Evitar el tabaquismo es la forma más efectiva de prevenir el cáncer de pulmón debido a que el hábito de fumar constituye el principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad. Además, el humo de segunda mano –el que aspiran los no fumadores emitido por otras personas– también representa un riesgo, por lo que se recomienda evitar la exposición a ambientes con humo de tabaco.
A lo largo de los años, la lucha contra el cigarrillo buscó cambiar conductas sociales que promueven este hábito. Sin embargo, en los últimos años, los cigarrillos electrónicos se convirtieron en un nuevo desafío. Aunque estos dispositivos suelen considerarse menos dañinos que los cigarrillos tradicionales, no están exentos de riesgos y pueden ser una puerta de entrada al tabaquismo convencional para algunas personas.
Aún no se comprenden del todo los efectos a largo plazo del vapeo, pero algunos estudios señalan que pueden existir riesgos para la salud pulmonar, vinculándose con una lesión pulmonar específica, conocida como lesión pulmonar asociada al vapeo (Evali, por sus siglas en inglés). Además, estos productos contienen nicotina, lo que contribuye a su carácter adictivo.
“Escucho todos los lunes en los ateneos a los neumonólogos comentando cómo aumentó la enfermedad intersticial pulmonar. ¿Qué es la enfermedad intersticial? Es la fibrosis, es decir, la rigidez pulmonar. Se cree, a causa del vapeo”, indica la especialista.
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