Dueños del tránsito: los controles no son efectivos para con las empresas de transporte. Casi no se hacen multas a colectivos
El año pasado, las infracciones a ese sector representaron el 0,29 por ciento del total; cruzar con luz roja, la mayor violación
En la ciudad hay 9000 colectivos de corta distancia (136 líneas), que corresponden a 93 empresas, según los últimos datos publicados por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte El transporte público de pasajeros está bajo la lupa de los usuarios pero, por ahora, muy lejos del castigo de los policías y controladores. Es que las transgresiones cometidas por los choferes de los colectivos apenas representan el 0,29% (8043 faltas) de las 2.683.075 multas labradas en 2005, según datos oficiales.
En el gobierno porteño reconocen que es escasa la sanción que reciben los colectivos y que esto se debe a que las fotomultas (se realizan aproximadamente 1.100.000 por año) están dirigidas fundamentalmente a combatir el estacionamiento prohibido.
"Hay que hacer un replanteo de la situación. La fotomulta está orientada para reordenar el tránsito y no para lograr un mayor nivel de control sobre la seguridad vial. En tres meses esta situación tiene que estar revertida", dijo a LA NACION el ministro de gobierno porteño, Diego Gorgal.
La policía comunitaria, que en 2005 labró 1.583.075 actas de infracción, no explicó a LA NACION las razones por las que se multa tan poco a los colectivos. De todas maneras, ya no está sola en esta tarea: desde mayo último comparte con la Guardia Urbana la responsabilidad de "hacer la boleta", Hasta ahora, ese cuerpo multó a 100 colectiveros.
Pero no sólo preocupa la falta de castigo, sino la gravedad de las infracciones, que ya se cobraron varias víctimas mortales. Sólo en la última semana murieron siete personas en distintos accidentes en los que estuvieron involucrados colectivos. El caso más grave ocurrió el domingo pasado en San Miguel, donde un chofer hizo caso omiso de la barrera y de las súplicas de los pasajeros y cruzó la vías de forma imprudente. Finalmente, fue arrollado por un tren. En Caballito, una mujer murió al ser atropellada por otro colectivo.
Según un informe de la Asociación Luchemos por la Vida, de las 7138 muertes ocurridas por accidentes de tránsito, el 25% involucra al transporte público (también se incluye a las víctimas de los trenes). Estas cifras están lejos de las aportadas por la Cámara de Empresarios de Autotransporte de Pasajeros (CEAP). "La participación de siniestralidad de los colectivos es del 7 por ciento. En diez años logramos bajarla a la mitad", aseguró Daniel Millaci, presidente de la CEAP.
Según la Unidad Administrativa de Control de Faltas, organismo de la ciudad encargado de sancionar a los infractores, la transgresión más frecuente de los choferes es violar la luz roja, con un total de 104 faltas en diciembre de 2005. Sin embargo, Millaci indicó que las infracciones más comunes de los choferes son la invasión de la calle, la emanación de humo y el mal estacionamiento.
Negativa
"De ninguna manera las multas que reciben las empresas, que son muchas en relación con la cantidad de colectivos, son por pasar el semáforo en rojo. Si esto fuera así, habría cientos de muertos todos los días", dijo Millaci a LA NACION.
Lo concreto es que durante el año último, la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) recibió 22.895 reclamos de los usuarios, de los cuales el 53% se debió a quejas por el conductor; de ellas, el 37% fue porque no respetaron las paradas establecidas, mientras que otro 31% reclamó por la imprudencia de los choferes.
En los centros privados de atención, en tanto, se recibieron en 21.371 quejas en 2005, de las cuales el 55% fueron también protestas sobre los conductores.
En la ciudad hay 9000 colectivos de corta distancia (136 líneas) que corresponden a 93 empresas, conforme el último dato publicado por la CNRT. Las unidades tienen en promedio 8,3 años de antigüedad. Completan el parque automotor de la Capital unos 6000 remises, 38.000 taxis y más de 1.200.000 vehículos.
En esta selva de asfalto, a muchos colectiveros no parece importarles demasiado ir a velocidades no permitidas o poner en riesgo la vida del pasajero al violar la luz roja de los semáforos. "Todos queremos llegar rápido a destino porque tenemos un tiempo límite para hacer el recorrido. Si lo superamos somos sancionados", dijo un chofer para justificar su conducta.
Así lo entiende también Pablo Martínez Carignano, controlador de faltas del gobierno porteño. "La infracción más común de los colectiveros es violar la luz roja. El descargo que hacen es que cuentan con poco tiempo para completar el recorrido. Cada demora implica para ellos sanciones económicas."
Las empresas de colectivos negaron que hubiera sanciones por retrasos en los recorridos. "Al contrario, se castiga el adelantamiento, porque eso significa que el conductor ha sorteado semáforos en rojo o que ha pasado de largo algunas paradas", indicó Millaci.
El derecho a la vida
El régimen de faltas porteño prevé sanciones para el titular o el responsable de un vehículo de transporte de pasajeros que no cumpla con las normas que regulan los horarios de prestación del servicio, la vestimenta de los conductores o los requisitos exigidos a vehículos habilitados para tales fines, con multas de $ 200 a $ 1000 y/o la inhabilitación para conducir (artículo 6.1.47).
"Pero raras veces la justicia contravencional ratifica una inhibición, argumentando el derecho a trabajar de los conductores. Yo creo que primero está el derecho a la vida", expresó el controlador de faltas Carignano.
Además, las empresas no suelen hacerse cargo de las multas cometidas por sus choferes. "Cada conductor asume el costo. Las empresas pagan las infracciones verificadas, pero luego el importe se le descuenta al chofer del sueldo", contó Millaci.
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