Castells finalmente dijo que avisará sobre sus marchas

Luego de marchar sin entorpecer el tránsito en contra de la ofensiva planeada por la justicia porteña para controlar los cortes de calles, el líder piquetero Raúl Castells afirmó que combinará con las autoridades los detalles pertinentes cuando vuelva a convocar una movilización.

El cambio de postura ocurrió luego de lo que Castells calificó como "un acuerdo" con funcionarios del gobierno de la ciudad, al finalizar la protesta de unos 500 manifestantes, encabezados por el líder social, entre la estación Constitución y la Plaza de Mayo.

Sin embargo, fuentes del gobierno porteño sostuvieron que no existió acuerdo alguno y agregaron que el macrismo "no tiene nada que acordar o negociar" porque "hay una ley muy clara y hay que cumplirla".

Hacían referencia al artículo 78 del Código Contravencional, que establece como contravención el obstaculizar la circulación de vehículos, excepto que se haga en ejercicio de un derecho constitucional. En este caso, dice, "deberá, con razonable anticipación, darse aviso a la autoridad competente, debiendo respetarse las indicaciones" de ordenamiento que de ella emanen.

Castells marchó ayer con la consigna de no aceptar "pedir permiso" al gobierno porteño para realizar manifestaciones. Fue una consigna curiosa, ya que el Código Contravencional no impone tal exigencia, sino sólo dar aviso.

La movilización partió desde los pasillos de la estación Constitución. Hizo escalas en las oficinas de la empresa Peugeot, en Carlos Pellegrini 1023, y en el Palacio de Gobierno porteño. Finalizó en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada.

Los manifestantes siempre dejaron al menos un carril libre para la circulación vehicular, circunstancia que fue destacada por el piquetero. "No estamos cortando la calle -dijo a LA NACION-. Sólo estamos movilizándonos. Estas son las calles del pueblo argentino", afirmó Castells, que debió sortear dos bloqueos policiales.

"Los policías hicieron de piqueteros -agregó Castells a LA NACION-. Son ellos los que cortaron la avenida y no dejaron pasar a la gente. Nosotros dejamos los carriles libres. Si nos hubieran dejado pasar, la calle no habría estado cortada."

Fuentes del gobierno porteño relativizaron el peso de la protesta, ya que, observaron, "a pesar de todo lo que Castells dice, no cortó la calle" y expresaron su satisfacción porque "empieza a cumplirse la ley en la ciudad".

Marcos Peña, el secretario general porteño, dijo a LA NACION: "No hubo contravención, porque Castells dejó carriles de la calle desocupados. Nos alegra que haya entendido el espíritu de la norma, que es simplemente colaborar con el ordenamiento para que todos puedan ejercer sus derechos: unos, a peticionar; otros, a circular".

Conciliador

Castells entró en el Palacio de Gobierno por Rivadavia 524 y, tras unos minutos adentro, ofreció una conferencia de prensa en la calle. Allí, el líder piquetero afirmó haber acordado con funcionarios porteños no pedir permiso para manifestarse, y avisar y combinar con ellos cuando se realicen nuevas movilizaciones.

Sin embargo, fuentes del gobierno de la ciudad sostuvieron que no existió acuerdo alguno y aclararon que Castells sólo entregó un petitorio en el que reclama la reincorporación de las 2400 personas con contratos no renovados, la reapertura del comedor social que el piquetero manejaba en Puerto Madero y una pronunciación de Mauricio Macri sobre los "presos políticos del kirchnerismo".

El petitorio, dijeron, fue recibido por Jorge Alves, jefe de despacho del jefe de gobierno.

Al término de la protesta de Castells, pasadas las 14, por Diagonal Sur otra movilización, esta vez del movimiento MTR-CUBA, entró en la Avenida de Mayo. También, con la consigna de no pedir permiso para manifestarse a las autoridades porteñas. Pero, en este caso, todos los carriles estuvieron ocupados.

Fuentes policiales confiaron a LA NACION que todo fue filmado por la fiscalía, mientras que voceros del gobierno porteño informaron que el MTR recibió dos multas impuestas por la fiscalía N° 1, a cargo de Verónica Guagnino.