Tres heridos en Recoleta al caer la balaustrada de un balcón

Escombros desparramados en la vereda, una cinta de clausura a su alrededor, tres heridos hospitalizados y peatones que observaban con curiosidad al pasar. Este fue el escenario que dejó la caída de la balaustrada de un balcón francés del edificio antiguo de la calle Guido 1726, en el barrio de Recoleta.

El hecho se produjo cerca de las 12 de hoy. Un albañil estaba pintando la fachada del inmueble, situado entre Callao y Rodríguez Peña, sin casco ni arnés. Trabajaba desde una escalera apoyada sobre una tarima a dos metros de distancia del piso. Se resbaló. Atinó a agarrarse de la mampostería, esta se desplomó y el operario cayó a la vereda, según refirieron testigos del hecho.

Tanto él como dos personas que pasaban por debajo del balcón en aquel momento resultaron heridos. Según fuentes del Ministerio de Salud porteño, los accidentados están fuera de peligro: "El pintor, de 30 años, y un hombre, de 86 años, sufrieron politraumatismos y fueron trasladados al Hospital Fernández por su obra social. El tercer lesionado fue una mujer de 47 años, que sufrió escoriaciones menores y fue derivada al Hospital Rivadavia", informaron.

Según aclaró Osvaldo Alonso, director de Fiscalización y Control de Obras de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) porteña, la mampostería "era una mansarda estética que cedió, no un balcón".

También trabajaron en el lugar agentes de la Guardia de Auxilio, bomberos y efectivos de la Policía de la Ciudad, que clausuraron la zona después del hecho.

Si bien se trataba de una refacción de pequeña magnitud, los propietarios no habían realizado el trámite de aviso de obra requerido por la Dirección General de Registro de Obras y Catastros de la Ciudad para reformas de esa índole.

"El edificio había presentado el certificado que avala la conservación de su fachada, conforme la ley 257, y lo tenía vigente hasta el año 2020. Sin embargo, la obra no había sido declarada", dijo María Eugenia Espíndola, responsable de prensa de la AGC, a LA NACION.

Se barajan hipótesis de que el edificio aparentemente contaba con un desperfecto en su construcción que se hizo visible luego del incidente. Tras el desprendimiento de la balaustrada, algunos vecinos señalaron que no contaba con el hierro de refuerzo requerido para construcciones de hormigón. La fiscalía ordenó el peritaje correspondiente para deslindar responsabilidades.

El caso de Recoleta no fue aislado. Según informó la AGC, en los últimos dos años recibieron 1008 reclamos por problemas en fachadas, es decir, un promedio de 1,4 diarios. La comuna 1, que incluye el casco histórico y la mayor cantidad de edificios antiguos, fue la que más denuncias acumuló (107). Le siguió la comuna 13, integrada por los barrios de Núñez, Belgrano y Colegiales. En 2018 intimaron a 29.918 consorcios, de los cuales 11.064 ya respondieron. El plazo de cumplimiento una vez recibida la notificación es de 60 días.

Según observó LA NACION en el lugar del incidente en la calle Guido, los tablones sobre los que trabajaba el albañil estaban atados con alambre a las mamposterías. Al tocar timbre en el edificio para indagar sobre lo sucedido y la información brindada por la Ciudad sobre la obra, no recibió respuesta.

Uno de los porteros del edificio de Guido 1741, situado enfrente, presenció la escena como una película en cámara lenta, según dijo. "No me sorprendió. La semana anterior estaban trabajando en la fachada y se les había desprendido un balaustre hacia el lado de adentro. Siempre estacionaba mi auto ahí, pero esta vez decidí dejarlo lejos por precaución", detalló.

Comerciantes de la zona solo se dieron cuenta del incidente una vez que la vereda se había poblado de vecinos. "Escuché un ruido extraño, pero pensé que era un camión al que se le había caído algo. Por esta zona hay bullicio todo el tiempo, así que no me alarmé hasta que llegó la ambulancia y pude ver lo que había pasado", dijo Javier Serrano, dueño del quiosco de Guido 1710. Fernanda, que pidió reserva de su apellido, es vecina del edificio lindero y tampoco escuchó lo que había pasado.

El episodio ocurrió pocos días después de que el derrumbe de los balcones de un edificio antiguo de Punta Mogotes, en Mar del Plata, ocasionó la muerte en el acto de una mujer y su hija.