Caso Perretta. Celebraron una misa por el joven secuestrado
La familia espera una prueba de vida
Al cumplirse ocho días del secuestro del hijo de un empresario del partido de La Matanza, los vecinos participaron de una misa celebrada en la iglesia de la Inmaculada Concepción, en Ciudad Evita, para rezar por la liberación del muchacho que fue tomado cautivo por un grupo de delincuentes.
Anoche, la familia de Ariel Perretta esperaba una nueva llamada de los secuestradores, que habían exigido tres millones de dólares para liberar al joven. En la nueva comunicación, los familiares esperan que los delincuentes entreguen una nueva prueba de vida de Ariel, que les permita seguir adelante con las negociaciones.
"Participamos de la misa para rezar y pedir que Ariel sea liberado rápidamente. Ojalá que los corazones malos que hicieron esto se ablanden", dijo a LA NACION Ana, una vecina que participó de celebración religiosa. Se trató del segundo oficio religioso para rezar por el joven secuestrado. La primera misa se había celebrado el martes.
Perretta fue secuestrado el 10 de este mes, por la mañana, cuando llegaba a la fábrica de su padre, situada en San Justo. Allí, fue interceptado por un grupo de cuatro delincuentes que abordaron su Peugeot 206 negro y, a punta de pistola, lo pasaron al asiento del acompañante y se lo llevaron.
Dos horas después, los malvivientes obligaron a Perretta a comunicarse con su padre y, a través del teléfono con radiotransmisor, le dijo que lo habían secuestrado y que debían pagar tres millones de dólares para que lo liberaran.
Hubo una nueva llamada al día siguiente, en la que los secuestradores reiteraron su exigencia, afirmaron que no tenían apuro en cobrar el rescate y le pidieron a la familia que reuniera el dinero.
El lunes, la policía realizó una serie de allanamientos y detuvo a ocho sospechosos que estarían vinculados con los secuestradores. Uno de los imputados es el representante de un grupo de música bailantera, mientras que tres de los sospechosos son una mujer y sus dos hijos, de 18 y 19 años, que hasta hace un año eran íntimos amigos de Perretta y serían quienes habrían aportado los datos sobre los movimientos del hijo del empresario.
Estos tres detenidos son los únicos que tienen un defensor oficial, mientras que los restantes fueron asistidos por abogados particulares cuando se presentaron ante el fiscal federal Marcelo Fernández.
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