Chile y Uruguay extreman cuidados
En ambos países hay instaladas "larvitrampas"; fumigaciones y difusión, las otras medidas
SANTIAGO y MONTEVIDEO.- Aunque están en pleno territorio continental, son como dos islas en lo que respecta a la propagación de la epidemia de dengue que se desparrama por el Cono Sur.
Por cuestiones propias de su geografía, pero también por acciones de sus organismos, Chile y Uruguay se mantienen libres de casos autóctonos del mal que, en los países que los rodean, es un verdadero problema de salud pública.
Ante la amenaza, las autoridades de Salud chilenas hicieron hincapié en las zonas cercanas a Salta y Jujuy, reforzando el control en la frontera y en el paso internacional de Jama. Además, dispusieron la fiscalización intensiva de las aguas estancadas en las ciudades norteñas de Calama, Ollagüe y San Pedro de Atacama, este último, uno de los principales destinos turísticos del país, con gran afluencia de visitantes -sobre todo, europeos y norteamericanos- durante todo el año.
Para descartar el contagio por vía aérea y marítima se instalaron "larvitrampas" (recipientes llenos con agua limpia, que se colocan en lugares estratégicos de las terminales para que los mosquitos pongan allí sus huevos) en los aeropuertos de Arica, Iquique, Calama y Antofagasta, además de los puertos de Arica, Iquique, Tocopilla, Mejillones y Antofagasta, como en los rodoviarios internacionales y ferrocarriles.
Asimismo, se fumigan todos los aviones procedentes de la Argentina y de Bolivia. También se ha dispuesto una campaña publicitaria que recomienda el uso de mangas largas y repelentes a los turistas que visiten Bolivia.
Hasta ahora se han detectado ocho casos de dengue clásico en Chile, todos ellos como consecuencia de picaduras en la fronteriza Bolivia, lo que se denomina "casos importados no relevantes", por cuanto no hay posibilidad de contagio. El país está oficialmente libre de dengue desde el siglo pasado en todo su territorio, salvo en la isla de Pascua.
En Uruguay
"Estamos rodeados; debemos prevenir al máximo, pero aun haciendo todo bien, igual estamos con alto riesgo de ser golpeados por el dengue", es el razonamiento de las autoridades sanitarias del Uruguay.
El Ministerio de Salud Pública lleva adelante un plan aprobado por el presidente, Tabaré Vázquez, que tiene dos objetivos: "Prevenir y mitigar el impacto de una epidemia de dengue", si se dan casos, así como "su repercusión social y económica", y, además, "optimizar la capacidad de respuesta de los servicios de salud ante el evento adverso".
La ministra del área, María Julia Muñoz, destacó que en Uruguay no se han "registrado casos de dengue", pero advirtió que "se sigue con los controles en todos los departamentos del país" y que, fundamentalmente, se mantienen acciones "en los puntos de frontera".
Fumigaciones
Destacó que se "fumigan los vehículos que ingresan en el país" y que también "se continuará con la colocación de las «larvitrampas»". Para que esa tarea no sea aislada, el gobierno constituyó un grupo de trabajo multidisciplinario con la consigna: "Decile no al dengue".
Ese equipo se encarga del "plan de contingencia frente al impacto de una epidemia de dengue", del asesoramiento técnico permanente "para una correcta toma de decisiones" y de "monitorear la implementación y adecuación" de esa estrategia.
El trabajo se realiza en tres subgrupos. Uno se encarga de la "vigilancia epidemiológica y laboratorial", lo que significa notificación de casos febriles sospechosos; la instalación de puestos "centinela", y de monitorear zonas de riesgo, así como de los diagnósticos para "la detección precoz de circulación viral".
El segundo subgrupo, el de "lucha contra el vector objetivo", se dedica al monitoreo de los índices de infestación, el "saneamiento ambiental" y la "educación para la salud".
El tercer subgrupo -de "atención de salud"- es el responsable de "organizar y coordinar la respuesta sanitaria", para lo cual está instrumentando "la red asistencial" con todos los establecimientos de salud, además de encargarse de la capacitación permanente del personal que trabaja en "vigilancia médica de síndrome febril", diagnóstico y tratamiento.
El director general de Salud, Jorge Basso, dijo que hasta ahora, en los casos en que hubo sospechas de riesgo de dengue, los estudios en pacientes arrojaron alguna infección, pero no casos de afectados por el A edes aegypti.
Igualmente, Basso pidió a los uruguayos esta semana que extremaran los cuidados y eliminaran recipientes con agua que pudieran transformarse en criadero del temido mosquito.
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