Clases: “Es indignante, estábamos trabajando tan bien”, dijo el director del colegio Pilgrims’
El directivo de la institución con sedes en San Isidro y Pacheco recordó que, según el Ministerio de Educación de la Nación, “en las escuelas casi no hay contagios”
Sorpresa, consternación e indignación. Según Jerónimo Cernadas, director ejecutivo del colegio Pilgrims’, estos son los sentimientos que definen el estado de ánimo de su comunidad educativa desde ayer a la noche, cuando el presidente Alberto Fernández anunció la suspensión de las clases presenciales en el área metropolitana de Buenos Aires.
“Realmente, la medida no tiene ninguna lógica. No se puede creer que las escuelas sean de las primeras en cerrar, cuando, según datos del Gobierno, en estas casi no hay contagios. El mismo ministro de Educación dijo el 6 de abril que en los colegios había solo un 0,12% de casos de coronavirus”, lamenta Cernadas. Y agrega: “Acá adentro los chicos usan el barbijo, se lavan las manos y respetan las burbujas, incluso en los recreos. Ellos mismos dicen que se cuidan mucho más en la escuela que afuera”.
Lo que más preocupa al directivo es una posible prolongación de la suspensión de la actividad educativa presencial. A pesar de que, según el mensaje presidencial, el cierre de las escuelas comienza el lunes y se mantendrá por 15 días, Cernadas teme que, al igual que sucedió el año pasado, esta medida sea extendida.
“Si somos los primeros en cerrar, seguramente vamos a ser los últimos en abrir. En 15 días la situación epidemiológica no va a estar mejor. Si estuviera seguro de que en dos semanas los chicos vuelven a las aulas, no me parecería tan grave, aunque de todas formas no estaría de acuerdo”, destaca el director del Pilgrims´, colegio con sedes en San Isidro y en Pacheco.
La nueva modalidad 100% virtual que todas las escuelas del AMBA deberán afrontar a partir del lunes próximo requiere cambios en la organización de las clases. En este momento, la dirección del Pilgrims’ está definiendo los pasos a seguir. En los grados inferiores, adelanta Cernadas, es necesario hacer adecuaciones: “Ahora tenemos 15 chicos por aula. Para una clase virtual, 15 es mucho, así que hay que dividirlos para mejorar la calidad de sus clases. Nosotros consideramos que es mejor que cada alumno tenga menos tiempo de pantalla, pero más calidad de enseñanza en las clases virtuales, aunque sabemos que esta decisión puede generar choques con algunos padres”.
Los resultados de la experiencia de enseñanza remota del año pasado, dice, empiezan a hacerse visibles hoy. Mientras que algunos estudiantes muestran haber aprendido con normalidad el contenido académico del último ciclo lectivo, se puede observar que otros han tenido serias dificultades y no han llegado a aprender lo básico para pasar de curso. “Esta diferencia se va a acentuar más si se prolonga la virtualidad”, agrega Cernadas.
Durante la jornada escolar de ayer, antes de que se dieran a conocer las nuevas restricciones a la presencialidad, el directivo fue interrogado por un grupo de alumnas, quienes le preguntaron, con temor, si existía la posibilidad de volver a la modalidad virtual. “Me dijeron ‘Me muero si me vuelven a encerrar’. Yo les contesté que todo indicaba que eso no iba a suceder”, cuenta.
“Si somos los primeros en cerrar, seguramente vamos a ser los últimos en abrir”
No solo los alumnos, los padres también temen el regreso a la educación no presencial. Esta mañana, durante el horario de ingreso a la escuela, muchos de ellos se acercaron a expresar su preocupación a los docentes y directivos que ayudaban a entrar a los estudiantes de manera organizada. Otros también enviaron mensajes al WhatsApp de Cernadas. “Están muy preocupados por sus hijos, por la tristeza y por el daño psicológico que esto puede causar. Ya con la experiencia del año pasado, a los chicos se les va a hacer complicado volver al encierro”, afirma.
Para los docentes y los directivos, la noticia también es difícil de asimilar. Después de un mes y medio de trabajar día a día para lograr el correcto cumplimiento de los protocolos sanitarios en la escuela, la marcha atrás no solo los sorprendió, sino que los indignó, afirma Cernadas.
“El nivel de indignación que tengo no me entra en el cuerpo. Estábamos trabajando muy seriamente y todo estaba saliendo muy bien –destaca–. Es agotador nuestro trabajo actual. Pasamos horas en la entrada del colegio controlando el ingreso y el egreso de los alumnos para garantizar que todos cumplan con los protocolos. Estamos en abril y sentimos que estamos en noviembre; no damos más. Pero todo el esfuerzo es bienvenido, si es necesario para mantener el colegio abierto”, expresa.
Al igual que muchos otros colegios, para garantizar una presencialidad cuidada y cumplir con los protocolos del gobierno provincial, antes de empezar al ciclo lectivo, el Pilgrims’ adecuó algunas instalaciones del establecimiento y contrató a más docentes que lo habitual. “La modalidad híbrida que estamos teniendo requería más profesionales. Asumimos ese costo adicional, apostamos por la presencialidad. Hoy, lo que más esperamos es que el decreto no se publique o que, si se publica, el Gobierno realmente cumpla con el plazo de la suspensión de las clases”.
Más leídas de Sociedad
¿Ciencia o espionaje? Cómo es y a qué se dedica la antena espacial que Europa tiene en Mendoza: “Nada que ocultar”
Tenía 90 años. Murió Miguel Rottenberg, padre del productor teatral Carlos Rottemberg
Juicio oral. “Rompan el pacto de silencio”, el pedido de Mariano Cohn a los médicos acusados por la muerte de su hermano