Clyde Snow: un científico comprometido con los derechos humanos
"Los huesos pueden ser rompecabezas, pero nunca mienten", dijo años atrás el antropólogo norteamericano Clyde Snow en una entrevista concedida a The New York Times. Fallecido anteayer a los 86 años, Snow fue una personalidad destacada no sólo por haber participado como antropólogo forense en investigaciones que involucraron los restos de John F. Kennedy, el faraón Tutankamón o de Josef Mengele, sino porque su fuerte compromiso con los derechos humanos lo llevó a fundar en la Argentina, en 1984, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) , para el reconocimiento de los cuerpos de los desaparecidos durante el último gobierno militar, o participar a pedido de organizaciones de derechos humanos como consultor en la investigación forense de masacres en Kosovo, Guatemala o Etiopía, entre otras.
Nacido el 7 de enero de 1928 en Fort Worth, Snow estudió arqueología en la Universidad de Arizona, para luego realizar su posdoctorado en antropología. Comenzó sus trabajos en la década del 60, mucho antes de que la genética desarrollara muchas de las técnicas que actualmente se utilizan en la investigación forense. Con su trabajo colaboró con la resolución de crímenes, llevó a numerosos asesinos ante la justicia, identificó a víctimas de desastres y de masacres, e incluso, al investigar la forma en que las personas mueren en los accidentes aéreos, colaboró con la industria de la aviación en el rediseño de los sistemas de escape.
Su trabajo lo llevó a desarrollar sus investigaciones en numerosos países: en Brasil participó de la identificación de los restos del criminal nazi Josef Mengele; en El Salvador halló los cuerpos enterrados de 136 niños y adultos asesinados por paramilitares; en Croacia exhumó los restos de 200 pacientes y médicos de un hospital asesinados; en Bolivia participó de la búsqueda de los restos de Butch Cassidy y Sundance Kid; en Bagdad, en 2006, testificó en contra de Saddam Hussein, en el jucio por crímenes contra la humanidad contra el ex dictador. En su país de origen, colaboró con la identificación de las víctimas de los atentados de Oklahoma y, a pedido del Congreso norteamericano, confirmó que las radiografías de la autopsia de Kennedy efectivamente pertenecían al presidente asesinado. Además, junto a la artista y médica Pat Gatliff reconstruyó el rostro de Tutankamón.
Ayer, a través de un comunicado publicado en su página web, el Equipo Argentino de Antropología Forense destacó que Snow "dedicó su vida a la aplicación de las ciencias forenses a la investigación de violaciones de derechos humanos [y que] su visión y su gran corazón cambió el mundo". También sus integrantes subrayaron el "privilegio de haber sido entrenados por Snow" y por "haber compartido con él 30 años de trabajo en la Argentina, Chile, Perú, El Salvador y Guatemala", entre otros países.
"Familias de personas desaparecidas y asesinadas en conflictos alrededor del mundo encontraron en Snow la posibilidad de una investigación forense independiente, la identificación de los restos de sus seres queridos y el aporte de pruebas a la justicia", señaló el comunicado que concluyó: "Muchas gracias, nuestro querido Clyde. Honramos tu memoria. Que en paz descanse nuestro fundador, nuestro maestro y nuestro amigo"..