Colapsaron las líneas de teléfonos celulares por el Día del Amigo
Por si aún no lo sabían, el Día del Amigo se festeja por iniciativa de un odontólogo argentino llamado Enrique Febbraro. El 20 de julio de 1969 el hombre caminó por primera vez sobre la superficie de la Luna, y el argentino -que había seguido la hazaña por televisión, emocionado, como los televidentes de todo mundo- imaginó que en adelante ya no habría fronteras para estimular la amistad entre los hombres y los seres de otros planetas (en caso de encontrarlos). Formó una comisión y trabajó más de un año para difundir la fecha convenida, y la idea originalmente sería una celebración de carácter ético, sin fines de lucro ni orientada a estimular el consumo.
Hasta hoy, algunos deseos de Febbraro se han cumplido, aunque ningún terrícola tenga amigos en Júpiter o en Saturno, y como cada 20 de julio en Buenos Aires no hay teléfono celular que deje de colapsar ni forma de conseguir una mesa libre en los restaurantes de moda.
Según las empresas de telefonía celular consultadas ayer por LA NACION, ni en Navidad ni en Año Nuevo se produce tal tránsito de llamadas, algo que no hace falta aclarar, pues ayer muchos usuarios pasaron varios minutos marcando el mismo número, y nada.
"El sistema funcionó bien y no tenemos registro de colapsos en las comunicaciones", afirmaron a LA NACION voceros de Movistar. "Colapso es cuando no podés comunicarte con nadie, y eso no pasó. Todos los años en esta fecha se produce un incremento de llamadas, que pueden dificultarse en los horarios pico, entre las 20 y a las 22, pero tampoco en ese horario hubo inconvenientes", agregaron.
Voceros de la empresa Personal dijeron que las cifras del impacto se conocerán recién hoy, cuando procesen los datos acerca del tránsito de redes, lo mismo respecto de los mensajes de texto, que ayer demoraron en llegar. "Llamé temprano a todos mis amigos, teniendo en cuenta experiencias de años anteriores -afirmó Fernando Winisky, que a las 22 estaba invitado a una fiesta de amigos en un bar de Palermo-. Este año fue una salutación multimedia: mandé mails, mensajes de texto y por celular."
La fecha también se sintió en el rubro gastronómico. Al mediodía la mayoría de los bares de la zona del microcentro estaban repletos, no así por la noche, cuando se llenaron los bares del Bajo.
"El salón se llenó de grupos de más de 10 personas, por lo general de empresas. Aprovecharon la promoción especial que incluía en el menú una botella de vino de regalo", dijo a LA NACION la encargada de Hondo, en Puerto Madero Este. En el restaurante Olsen de Palermo Viejo no había mesas libres para almorzar, y a las 16 ya había una lista de espera para la noche, según Patricia, una empleada del lugar. En los hoteles cinco estrellas hubo happy hours y platos especiales, como en Le Mistral, el restaurante del Four Seasons, donde al mediodía tuvieron que rechazar gente y aclarar que para la noche ya estaban tomadas el 90 por ciento de las reservas.