Nuevamente, el caos en la Capital. Colapsó la ciudad por otro temporal
La lluvia provocó anegamientos; cayeron árboles, dejaron de funcionar los subtes, hubo apagones y suspendieron vuelos
Un violento temporal con fuertes ráfagas de viento y caída de granizo aislado castigó ayer a la ciudad y provocó múltiples anegamientos, la caída de árboles, caos en el tránsito, la interrupción de las cinco líneas de subterráneos, problemas en los trenes, el cierre temporario del Aeroparque Metropolitano y del aeropuerto de Ezeiza, y apagones en algunos barrios de la Capital.
Según fuentes del Servicio Meteorológico Nacional, en dos horas (entre las 18.30 y las 20.30) cayeron 48 milímetros de agua sobre la Capital. En la provincia de Buenos Aires cayeron 110 milímetros en la zona sur del conurbano. Al cierre de esta edición, además, se mantenía vigente el alerta por abundantes precipitaciones, caída de granizo y ráfagas para el sur de las provincias de Entre Ríos y Santa Fe (ver aparte).
Como ocurrió en las últimas tormentas que azotaron Buenos Aires, ayer la ciudad se transformó en un infierno en cuestión de minutos. El comienzo del temporal, poco antes de las 18.30, coincidió con la salida de la gente de sus trabajos. Cientos de autos quedaron demorados bajo la cortina de lluvia en todas las salidas de la Capital: las avenidas General Paz, Del Libertador, Figueroa Alcorta, 9 de Julio y Córdoba; las autopistas porteñas, el Acceso Oeste y la Panamericana.
El director adjunto de Defensa Civil, Claudio Schbib, precisó que los anegamientos cubrieron las calles Yatay, Cramer y Anchorena, en el cruce de las tres con distintos puentes. También estaban intransitables los cruces de Necochea y 20 de Septiembre, en La Boca, y de Juan B. Justo en la esquinas con Camargo (Villa Crespo).
Arboles caídos
El funcionario también informó que un árbol cayó sobre un vehículo en Carlos Calvo y Paseo Colón, en San Telmo, y otro se derrumbó, pero sin provocar daños, en 11 de Septiembre y Teodoro García, en Belgrano.
Las penurias también alcanzaron a los usuarios del subte, porque, a partir de las 18.45, el Premetro y todas las líneas de subte dejaron de funcionar en cadena. Hubo momentos de angustia bajo tierra.
"Yo estaba subida a una formación en Constitución, esperando que arrancara. Metrovías anunció que el servicio estaba suspendido. Mientras aguardábamos, empezó a caer agua como una catarata por las escaleras y corrió hasta las vías. Vino la policía a sacarnos a los gritos por el riesgo de electrocución", relató a LA NACION Laura Santillán, una estudiante de 18 años.
A las 19.45, sólo había retomado la actividad la línea A, aunque funcionaba con demoras. Sin la posibilidad de emplear el subte, largas filas se formaron en las paradas de colectivos de toda la ciudad.
Sin vuelos
En tanto, los vuelos debieron suspenderse en el Aeroparque Jorge Newbery y en el aeropuerto internacional de Ezeiza en el peor momento de la tormenta, por la intensa actividad eléctrica y las ráfagas de viento.
Así lo informaron fuentes de la Fuerza Aérea a LA NACION, y aclararon que, pasadas las 20, ambas aeroestaciones estaban operativas, aunque quedaba librado al criterio de las aerolíneas la rehabilitación de los despegues y aterrizajes. La mayoría prefirió la cautela y no rehabilitó los vuelos.
Anoche, estaban además interrumpidos los ramales Mitre y José León Suárez de la línea de trenes Mitre. El agua había invadido las vías a la altura de las estaciones Ministro Carranza y Colegiales.
Los cortes de energía afectaron, en tanto, a sectores de Almagro, Palermo, Caballito y San Telmo.
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"Salí del colegio a las 18.15. Diez minutos después ya me había tomado el subte en Tribunales. Al bajarme y salir a la calle apenas caían unas pocas gotas y comencé a caminar para ir a mi casa. A la media cuadra se escucharon los primeros rayos y vi relámpagos. Una fuerte ráfaga de viento y agua casi me tira al suelo. A una cuadra de distancia de mi casa, vi a otra persona que iba corriendo con su paraguas para adelante, como si fuese un arma de guerra. Ya no había tiempo para reaccionar, me tiré contra una pared y el hombre pasó como si nada."
"Salí del trabajo a las 19.30. El viaje que habitualmente me lleva unos 45 minutos, de Retiro a Coghlan, ayer me demandó casi dos horas. No pude tomar ni tren ni subte porque estaban desafectados como consecuencia de la lluvia. Tuve que viajar en dos colectivos para llegar hasta mi casa. La gente estaba como loca: corría desesperada para guarecerse en un lugar seguro."
"Si mantuvieran la ciudad más limpia seguramente no se inundarían tantas calles. Yo vivo en Arenales y Ecuador, en Barrio Norte, y estaba todo inundado, pero también todo sucio. Es una vergüenza tener una ciudad tan linda y que nunca se haga el mantenimiento que se merece.
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