Cómo se preparan guardias, hospitales y clínicas para enfrentar al coronavirus
Compras de tecnología (sobre todo, respiradores), contratos nuevos para personal extra (médicos, enfermeros, camilleros, kinesiólogos respiratorios), comités de emergencia, readecuaciones de salas y hasta de hospitales enteros, tiendas o trailers de campañas e incluso el uso de hoteles como salas de internación. El sistema médico argentino público y privado pasa por intensas semanas de reformulación de su modo de trabajar para enfrentar al nuevo coronavirus. La intención es que el colapso, si se da, afecte a la menor cantidad de gente posible.
En la ciudad de Buenos Aires ya se compraron todos los insumos del sistema público como para un año y progresivamente se eliminan camas de terapia intermedia para transformarlas en terapia intensiva, algo que también están haciendo los privados con quirófanos (se descuenta que se van a usar menos). "Se agregan 100 camas de cuidados intensivos", dijo Fernán Quirós, ministro de salud local en conferencia de prensa esta mañana.
Y se suman cientos de cargos de enfermería, más unos 50 cargos médicos y un número no determinado de kinesiólogos respiratorios, además de 80 respiradores y monitores. El mismo tipo de prevenciones se habían tomado ante la pandemia de 2009 de H1N1.
"Es muy importante incrementar el personal", dijo a LA NACION Rosa Reina, presidente de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) y jefa de sala de terapia intensiva del Hospital San Martín de La Plata. "Además de los médicos intensivistas, la enfermería y los kinesiólogos respiratorios es muy bueno ver que los médicos no especialistas dan respuestas y tienen intención de colaborar", dijo.
"Desde la SATI estamos haciendo protocolos, recomendaciones que subimos a la página, además estamos haciendo webinarios gratuitos sobre pacientes críticos. Hoy tenemos uno sobre vestimenta y equipos de bioseguridad y tratamiento. El viernes [por mañana] de cómo intubar y cómo se maneja la insuficiencia respiratoria, que puede ser una complicación, y cómo se maneja el shock y la hipotensión grave. Estamos trabajando en continuo y armando charlas y protocolos todo el tiempo", agregó Reina.
En Salta, el Hospital Papa Francisco será destinado enteramente para atención al coronavirus, según contó Jorge Coronel, especialista en terapia intensiva del Hospital San Bernardo de esa ciudad y presidente de la Confederación Médica de la República Argentina. "La idea es que en una primera instancia la pandemia se contenga en ese centro de atención", dijo.
Hasta ahora en Salta hay solo un caso notificado, en un sanatorio privado, que se ha recuperado y los contactos no están afectados, pero también allí se intensifican las reuniones y la atención de distintos comités de emergencia.
Otro punto importante para tratar los casos de coronavirus es no distraer tiempo y personal en pacientes que sufren otras dolencias menores. Una clave es incentivar la telemedicina, como están haciendo desde hace unas semanas en el Hospital Privado de Comunidad de Mar del Plata.
Según contó su director médico Pablo Malfante, esa teleatención se multiplicó por cuatro en las últimas semanas. "Eso ayuda a diagramar la circulación de los pacientes mucho mejor. Aconsejamos por la página del hospital y por mail que no concurran salvo urgencia. Para el resto de las especialidades también se va llamando a los pacientes, para ver qué síntomas tienen y ver qué puede hacerse por teléfono y qué no", dijo.
Malfante recuerda que era coordinador de urgencias cuando se dio la pandemia de H1N1 y que entonces hubo una gran disminución de las consultas: ese julio se pasó de las 6000 consultas habituales a menos de 300.
Eso de no mezclar pacientes es otra de las claves. A tal fin se arman áreas externas para atender a los pacientes de la pandemia. "Puede ser en tiendas o trailers, o diferentes partes del hospital que pueden estar separadas, como consultorios grandes", dijo Reina. Y que sean atendidos en los domicilios la mayor cantidad de pacientes posible, incluso con coronavirus: "Que se internen solo los que necesiten respirador o tengan síntomas que hay que controlar, o signos de descompensación", agregó.
Además de todas estas previsiones se suma la posibilidad de que los hoteles se transformen en hospitales de campaña, algo que se maneja tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en Ensenada (provincia de Buenos Aires), donde su intendente Mario Secco anunció la intención de modificar el edificio donde funcionó un hotel sindical para habilitar unas 50 camas ante la emergencia.
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