Dura sentencia. Condenan a cuatro años de cárcel a un colectivero que mató a un chico
Fue en Villa Devoto; los testigos dijeron que manejaba en forma muy imprudente
Un colectivero fue condenado ayer a cumplir cuatro años de prisión efectiva por haber atropellado y matado a un adolescente de 14 años en Villa Devoto el 10 de marzo de 2004.
Dos testimonios fueron la clave para llegar a la sentencia: el de una adolescente de 13 años y el de una odontóloga que asistió al niño apenas ocurrido el accidente.
La condena, cercana al máximo de cinco años previsto para el caso de un homicidio culposo, incluye además la inhabilitación por diez años para conducir vehículos, dijeron a LA NACION fuentes judiciales.
El fallo contra Jorge Agosti, chofer de la línea 181, fue dictado por los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N° 28 Carlos Chediek, Carlos Rengel Mirat y Roberto Grispo.
El conductor será encarcelado si el fallo queda firme una vez que sea revisado por la Cámara Nacional de Casación Penal.
Agosti fue hallado culpable del delito de homicidio culposo, es decir, sin intención, agravado por la conducción de un vehículo de transporte, pero a diferencia de otros casos, en los que se aplican penas en suspenso, aquí se impuso prisión de cumplimiento efectivo.
Ahora la defensa del chofer tiene cinco días para recurrir el fallo ante la Cámara de Casación.
El accidente
El 26 de marzo de 2004, cerca de las 18, Ezequiel Ruiz salía de su primer día de clases en el nivel secundario de la Escuela Técnica N° 35 y, al cruzar por la esquina de Lope de Vega y Marcos Sastre, fue atropellado por el ómnibus conducido por Agosti.
Según los testigos, el colectivero arrastró al adolescente con las ruedas traseras del vehículo unos cinco metros y sólo se detuvo por los gritos de los pasajeros.
Cuando llegó la ambulancia, el chico estaba inconsciente debido a las graves lesiones cerebrales que había sufrido y a las pocas horas murió en el hospital Vélez Sársfield.
En la instrucción de la causa Agosti dijo que en ningún momento vio al chico porque cruzó "en diagonal" y negó haber realizado maniobras imprudentes. Durante el juicio oral se negó a declarar.
Testimonios comprometidos
Sin embargo, varios testigos desacreditaron los dichos del chofer y afirmaron que "iba manejando mal, con imprudencia, frenando y acelerando de golpe".
Una chica de 13 años que también regresaba de la escuela declaró acompañada de su padre. Sostuvo que vio el momento en que el adolescente fue atropellado y declaró que viajaba haciendo equilibrio debido a las constantes aceleradas y frenadas del vehículo. Dijo que fue "como un flash" ver al chico parado en la senda peatonal y luego escuchar cuando golpeaba contra el pasamano utilizado para subirse al vehículo.
También afirmó que Ezequiel había cruzado por la senda peatonal.
Fuentes judiciales destacaron que el caso pudo ser esclarecido gracias a la tenacidad de la madre del chico, María Julia Cabrera, que tras el accidente encontró a testigos luego de repartir volantes por el barrio y de subir a varios colectivos de la línea 181.
Así logró la ayuda de la niña y de la odontóloga que permitieron probar la manera en que ocurrió el accidente.
La profesional, que asistió al menor hasta que llegó la ambulancia, en uno de los momentos más emotivos de la audiencia, se dirigió a la madre del chico fallecido y le dijo: "Quédese tranquila. Yo actué como si usted hubiera estado. Le di la mano y vi que respiraba".
Además, la madre de la víctima había realizado una campaña, reunido mil firmas y, en junio del año pasado, logrado que el gobierno porteño colocara un semáforo en la esquina del accidente, por donde habitualmente cruzan más de mil alumnos de la escuela a la que concurría su hijo.
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