Los encantos de Pinamar según un Corolla
Toyota plantó bandera en la localidad más linda de la Costa Atlántica para que todos puedan probar sus modelos, entre ellos el más vendido de la historia
Los casi 200 kilómetros de la Costa Atlántica que separan San Clemente del Tuyú de Mar del Plata reúnen una serie de localidades y balnearios para todos los gustos. Los hay populosos pero también agrestes, algunos están pensados para disfrutar en familia y otros para la práctica de deportes de aventura. Pero entre tantas opciones hay una de las ciudades que se destaca como ninguna otra por su encantador paisaje: Pinamar. Por ese entorno tan particular de bosques, médanos e infraestructura turística es que Toyota la eligió este verano para ser su centro de operaciones. El impresionante stand montado en Avenida Bunge e Intermédanos atrae todos los días a clientes y curiosos con diferentes actividades. Una de ellas es probar cualquiera de los modelos de la marca, entre ellos el elegante Corolla, el auto que con más de 40 millones de unidades ostenta orgulloso el privilegio de ser el más vendido de la historia.
Bosque, playa y Corolla
Apenas uno se sube a un Corolla experimenta en primera persona aquella muletilla tan repetida, pero no siempre verdadera, del “confort interior”. Es, sin duda, un auto para vacacionar. Con un baúl ideal para cargar todo lo que una familia puede necesitar cuando veranea y un espacio interior bien amplio y cómodo, dan ganas de encarar hacia la ruta 11 para probarlo en una distancia larga.
Pero no es la idea. Pinamar no es solo Bunge y sus serpenteantes calles linderas. Encadenadas al balneario, hacia el sur, están Ostende, Valeria del Mar y Cariló. Y hacia el norte, antes de los médanos, conviven el viejo Pinamar con las casas más modernas, todas rodeadas por bosques vírgenes que ya se preparan para recibir a los próximos visitantes. Demasiados parajes de ensueño para emprender la retirada sin testear al Corolla por esos arenosos caminos.
Allí sobresale, por ejemplo, la suspensión, que brinda un confort de marcha que hace placentera la conducción incluso en los senderos más irregulares. A esa sensación contribuye también su caja automática CVT de 7 marchas, que suaviza el andar de marcha maximizando las prestaciones del motor tanto en la entrega de torque como potencia, minimizando a su vez el consumo de combustible.
Cuando el auto hace bien su trabajo, lo único que le queda al conductor y sus acompañantes es entregarse al paisaje que ofrecen, por ejemplo, los caminos que rodean el campo de golf o la vía que lleva hacia el famoso y exclusivo barrio de La Herradura hasta llegar, naturalmente, a la playa. Porque Pinamar es, ante todo, una localidad con mar, sol y arena. Que se disfruta mejor con un Corolla.
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