Coronavirus en la Argentina: aislados a la espera del diagnóstico, así funcionan las Unidades Febriles de Urgencia
Llueve en Parque Patricios. Sobre la vereda de la avenida Amancio Alcorta al 2100, una larga sucesión de líneas amarillas recién pintadas y separadas metro y medio entre sí resaltan sobre el pavimento mojado. En la pared, un cartel indica: "Formá fila acá". Esta tarde no hay nadie, pero es posible que en pocos días la fila se llene de gente.
Así es el ingreso a la nueva Unidad Febril de Urgencia (UFU) del Hospital Muñiz, una de las 20 guardias externas inauguradas el mes pasado por el gobierno porteño en el exterior de los principales hospitales de la ciudad para recibir a pacientes con síntomas compatibles con Covid-19. La idea es alejar a los posibles casos positivos de las guardias comunes para minimizar la propagación del virus.
Las UFU son construcciones que recuerdan mucho a un obrador, en donde se aplica un estricto protocolo de atención por etapas. Cada módulo tiene un sector de atención inicial y empadronamiento, cuatro consultorios médicos y ocho Unidades de Aislamiento (UTA), que ocupan en total unos 280 metros cuadrados.
Del triage al aislamiento
La UFU del Muñiz está justo detrás del helipuerto del hospital. Bajo un gazebo, dos enfermeros ofrecen barbijos y hacen el primer triage de preguntas básicas a quienes atraviesan el portón: qué temperatura tienen, si tomaron algún medicamento, si tuvieron contacto con un infectado, si viajaron hace poco a alguna zona de riesgo. En caso de sospecha de Covid-19, los envían al módulo principal. Allí es donde el doctor Darío Marsicano, coordinador general del programa recibe a LA NACIÓN. "La función principal de estas unidades es separar al paciente con fiebre del resto de la población. Siempre están cercanas a la guardia de un hospital y si llegan ahí con fiebre los mandan hacia acá", explica.
El módulo principal tiene una sala de recepción donde personal de salud protegido tras un vidrio hace un segundo triage, empadrona al paciente en el sistema informatizado y lo deriva a alguno de los consultorios de la parte trasera. En los consultorios, un médico controla signos vitales, estado respiratorio y arma la ficha epidemiológica. También, de considerarlo necesario, indica un hisopado para análisis PCR, el más fiable para detectar el nuevo coronavirus .
"Una vez que se toma la muestra, se la lleva al laboratorio y el paciente queda asignado a una Unidad Transitoria de Aislamiento", señala Marsicano. Las UTA son pequeñas salas individuales, con una silla y una ventana y separadas del módulo principal, donde las personas aguardan el resultado de los tests. La espera suele demorar unas ocho horas. Según destaca el coordinador, las UFU son "circuitos limpios": los hisopados se hacen directamente en las UTA y quienes transportan las muestras descartan sus elementos de protección y vuelven a ponerse unos nuevos antes de ingresar de nuevo al módulo principal de consultorios.
"Si el test da negativo, se lo manda a la guardia o a consultorio. Si da positivo y tiene síntomas leves, se deriva a un alojamiento extrahospitalario en hoteles", indica Marsicano. En caso de que sea positivo con síntomas moderados, el destino será una sala de piso en el hospital, y si es positivo con síntomas graves, se lleva al paciente directamente a la unidad de cuidados intensivos del Muñiz. El hospital también tiene una sala preparada para recibir a quienes hayan llegado a la UFU en las últimas horas de la tarde: allí pasarán la noche como "sospechosos" hasta conocer el resultado de su test al día siguiente.
Por ahora, bajo control
Las UFUs atienden todos los días de 8 a 20 y por ahora funcionan por debajo de su capacidad máxima. Pero los médicos dan por sentado que la demanda va a crecer. Ninguno se anima a decir cuánto. Por eso, en breve comenzarán a funcionar las 24 horas.
"El virus todavía no se ha masificado –reflexiona el doctor Pablo González Montaner, director del Hospital Muñiz–. Si se mantiene una política restringida donde la gente se mueve poco, va a permanecer estable. Si la gente hace lo que quiere y sale a la calle...". Sin terminar la frase, prefiere pasar a la siguiente. "La mejor política es la restricción social", insiste.
Por las dudas, ya está preparando el viejo pabellón Koch, destinado a tratar la tuberculosis, con cuatro salas nuevas que pueden aceptar 36 pacientes con coronavirus cada una. "Y otros 36 más si usamos también los pasillos", completa el director.
La tarde se arrastra despacio bajo la lluvia y cerca de las 16 la UFU del Muñiz apenas atendió a cuatro personas en todo el día. Pero de pronto se activa el protocolo de paciente sospechoso: es por una mujer de 31 años, que vino con fiebre, dolor de garganta y dificultad respiratoria. Y como es portadora de HIV, los médicos deciden internarla por precaución, sin esperar el resultado del test.
Rápidamente llega una ambulancia de traslado interno y la mujer, que tiene un tapabocas violeta, sale de una de las salas de aislamiento y sube al vehículo acompañada por personal de salud protegido de la cabeza a los pies: cofia, barbijo, antiparras, camisolín, guantes y hasta cubre zapatos. Una enfermera lleva la muestra del hisopado al laboratorio en un recipiente con triple aislación. Son unos minutos de movimiento y luego todo vuelve a la tensa calma anterior.
Marco Antonio Quiroga observa la operación y afirma que atiende situaciones así a diario. Es el hombre a cargo de todos los enfermeros de la UFU. "Tenés dos clases de pacientes: el que viene con mucho miedo y el que no sabe cómo reaccionar. Nosotros tratamos de tranquilizar al paciente lo más que podemos, y brindarle seguridad", cuenta. Y señala que, acostumbrado a la guardia del Muñiz, donde llegan personas con todo tipo de enfermedades infecciosas, no le tiene miedo al coronavirus. "Lo vivo con mucha expectativa y estoy preparado para esto", dice.
¿Cuándo presentarse a una UFU?
Según las recomendaciones del Ministerio de Salud porteño, deben acudir a una UFU todas aquellas "personas que tengan síntomas relacionados con el Covid-19: fiebre de más de 37,5 grados en ese momento o en los últimos días, tos, mocos, y dificultades para respirar". Quienes presenten estos síntomas deben evitar ir a las guardias comunes de los hospitales.
Aunque el gobierno de la Ciudad recomienda no concurrir tampoco con síntomas a los Centros de Salud y Acción Comunitaria (Cesac), en esos lugares sí es posible hacer el triage de detección inicial; ante la sospecha de un positivo se aislará al paciente y se lo trasladará a una UFU para hacer la muestra correspondiente.
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