Agencias de seguridad. Custodios falsos, con armas de juguete
Quedó detenido el dueño de una firma
Mientras que la Policía Federal allanó en esta ciudad una agencia de seguridad que trabajaba sin la habilitación correspondiente y detuvo al propietario de la firma, en San Miguel, un custodio privado mató ayer a uno de dos delincuentes que intentaban asaltar a una pareja.
En el primero de los casos, a simple vista, la imagen del hombre uniformado y armado en la puerta del supermercado, en el barrio de Flores, invitaba a dar por cumplida su doble finalidad: ahuyentar a los eventuales ladrones y hacer sentir más seguros a los ocasionales clientes.
Pero una rápida comprobación bastó para desmontar la ilusión: el custodio no estaba registrado como tal y la empresa para la cual trabaja tampoco contaba con la habilitación correspondiente. Peor aún: el arma que portaba el custodio era, en realidad, una réplica de plástico; y la credencial que supuestamente lo habilitaba no era más que una burda copia.
Esa revelación tuvo su consecuencia ayer: por orden del juez porteño Julio Lucini una brigada de la Policía Federal allanó la sede administrativa de la agencia de seguridad JP Custody, en Murguiondo al 600, Liniers.
Fuentes de la investigación dijeron a LA NACION que el operativo concluyó con la detención del propietario de la empresa -su nombre no trascendió- y con el secuestro de credenciales apócrifas, pistolas de plástico y un equipo informático con el que, presuntamente, en la agencia se escaneaban credenciales originales del Registro Nacional de Armas (Renar) para hacer las falsificaciones.
Las fuentes precisaron que la empresa prestaba servicios en varios puntos de la Capital y que, según los indicios recogidos hasta el momento, proveía a todos sus vigiladores réplicas de plástico y las correspondientes -y apócrifas- credenciales de portación de armas.
Los investigadores intentan establecer qué tipo de servicios brindaba JP Custody y si esta maniobra se circunscribía únicamente a las actividades de esa empresa o si el servicio de "provisión" de credenciales de portación de armas falsas era extensivo a otras agencias e, incluso, a particulares.
Tiros en una pinturería
En tanto, el otro hecho ocurrió a las 10.15 de ayer, en la calle San Lorenzo entre Mitre y Belgrano, en San Miguel. En ese momento, Francisco Luna y su mujer, Haydée Juárez, ambos de 70 años, llegaron a una pinturería en un Ford Sierra. El hombre bajó del vehículo y, antes de entrar en el negocio, fue interceptado por dos sujetos armados, dijeron fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense.
Según los informantes, los delincuentes pretendían robar el automóvil, pero el custodio de la pinturería, Juan Carlos Hertel, que trabaja en la empresa de seguridad privada Diamedes SA, lo impidió.
El vigilador dio la voz de alto y comenzó un tiroteo. Uno de los asaltantes, luego identificado como Eduardo Silva, murió; su cómplice logró escapar. Según voceros del Ministerio de Seguridad, desde el 29 del mes último, el empleado era legítimo usuario de arma civil condicional.
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