Declaró un juez por la masacre de La Plata
Un juez de la Cámara Civil y Comercial de La Plata declaró durante dos horas como testigo ante el fiscal que investiga los homicidios de tres mujeres y una niña de 11 años ocurrido en un departamento de la calle 28, en la capital bonaerense.
Según fuentes de la investigación, los responsables de la pesquisa escucharon a este camarista, cuyo nombre no trascendió, que trató de poner algo de luz sobre determinados aspectos de la vida de Susana De Bártole, una de las cuatro víctimas.
La mujer se desempeñaba en los tribunales platenses y allí trabajó bajo las órdenes de este magistrado y de su colega Blas Billordo. Este último magistrado se suicidó un mes antes de la masacre, por motivos que, hasta el momento, no fueron aclarados.
De Bártole; su hija, Bárbara Santos; su nieta, Micaela Galle Santos, de 11 años, y Marisol Pereyra fueron asesinadas el 27 de noviembre pasado en el departamento situado en 28 entre 41 y 42.
A partir de la reconstrucción del hecho, los peritos y policías determinaron que De Bártole fue la primera mujer en ser asesinada; luego mataron a Bárbara, después a la niña y, por último, a Marisol.
Para tratar de descartar cualquier tipo de vinculación entre el suicidio y los homicidios, el abogado Gustavo Galasso, quien representa a la familia de Marisol Pereyra, solicitó a la Justicia que se ordenara la extracción de muestras de sangre de los hijos del magistrado Billordo para compararlos con el ADN de los restos de tejido hemático hallados en la escena de la masacre.
Esta solicitud y la decisión de convocar al camarista para declarar como testigo están relacionadas con el cambio registrado en la investigación a partir de la decisión de la Justicia de excarcelar a Osvaldo Martínez, el novio de Bárbara y el primer sospechoso que fue detenido por su presunta responsabilidad en la masacre.
Debido a que De Bártole fue la primera de las víctimas en ser asesinada, los investigadores descartaron el supuesto ataque de celos de Martínez contra Bárbara y comenzaron a profundizar la pista del usurero.
Esta presunción se fundó en que al revisar la vida de la mayor de las víctimas, se determinó que era ludópata y que tenía deudas por más de 140.000 pesos por pagarés que firmó y nunca canceló.
Además, los investigadores encontraron en la escena de la masacre una libreta negra, en la que figuran los nombres y teléfonos de todos los usureros de La Plata. Los detectives creen que uno de ellos cometió la masacre.