ECOLOGIA. Denuncian dos explotaciones en Formosa
Hoy viajan Corach y el embajador Aviran.
FORMOSA.- El centro-oeste formoseño no deja de ser noticia. Años atrás motivo de alarma social por el despoblamiento creciente, el empobrecimiento y la desertificación, y más acá en el tiempo por los planes que prometen convertirlo en un verdadero vergel y punto estratégico para el Mercosur.
Ahora, la región se convirtió otra vez en centro de atención. Dos organizaciones denunciaron que los trabajos de explotación algodonera previstos por una empresa de capitales extranjeros en la zona de Laguna Yema, a 400 kilómetros de esta ciudad, podrían sepultar valiosos recursos arqueológicos, al tiempo que la presunta tala indiscriminada -se prevé- podría provocar el colapso en el ecosistema regional.
La nueva controversia fue respondida por autoridades provinciales, de la empresa Liag Argentina -la responsable de las tareas en la región- y por expertos en ambas materias, que consideraron que los trabajos que se realizarán en Laguna Yema, aunque perfectibles, no configuran un peligro real.
En tanto, el ministro del Interior, Carlos Corach, y el embajador de Israel, Itzhak Aviran, visitarán hoy la región para recorrer un centro de experimentación agropecuaria donde técnicos israelíes capacitan a personal provincial.
En los últimos quince años, una millonaria inversión en obras, planes y programas delinearon lo que para esa región parecía imposible: convertirse en un polo productivo importante, gracias a su estratégica ubicación en el contexto del Mercosur.
Con agua abundante, energía eléctrica suficiente, rutas pavimentadas, comunicaciones modernas y un centro de validación de tecnologías instalado en Laguna Yema, a 400 kilómetros de esta ciudad, que genera información sobre cultivos para la exportación, el centro-oeste provincial ve lejana su época de tierra abandonada a su suerte.
Con todo ello, apareció el primer gran inversor, Liag Argentina, una empresa de capitales australianos dedicada a programas de desarrollo agrícola-ganaderos en Córdoba, San Luis, Salta y el partido de Vedia, en la provincia de Buenos Aires.
Con aprobación de la Legislatura local, se le vendieron 40.000 hectáreas en la zona de Pozo del Mortero, cerca de Laguna Yema, paraje que se hizo conocido en 1996, cuando allí cayó a tierra el helicóptero que transportaba al presidente Carlos Menem.
En un programa quinquenal, Liag tiene previsto desarrollar allí cultivares de algodón a bajo riesgo, a razón de 4000 hectáreas por año, sobre un total de 18.000.
Esta empresa se propone cristalizar en Formosa algo que ya es una realidad en el árido este salteño. Allí, en la localidad de Talavera, posee la finca Toloche, de 38.000 hectáreas, donde tiene producción de algodón en 15.000 de ellas.
Férrea oposición
Ahora, quiere repetir la experiencia en Formosa, con 30.000.000 de pesos de inversión, trabajo seguro para unas 250 familias, a las que se sumará una cifra similar en las épocas de cosecha y carpida, y en las actividades de la desmotadora que instalará en el año 2000.
Este proyecto, al que comenzaron a agregarse otras empresas, capaz de cambiar el destino de una zona condenada a la desertificación, recibió dos duras objeciones.
Por un lado, las de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente (Funam), que argumentó que las topadoras de Liag arrasarían con las riquezas forestales de 18.000 hectáreas, colapsando el ecosistema regional.
Pero la principal oposición llegó desde el Centro del Hombre Antiguo Chaqueño (Chaco), entidad que, junto con expertos de otras fundaciones, descubrió en la zona en la que se instalará Liag importantes yacimientos arqueológicos.
Los investigadores del centro dirigido por el doctor José Braustein identificaron, hace un año, doce yacimientos y extrajeron algunas piezas que indican que hay bajo tierra un valioso patrimonio histórico y cultural que no puede desperdiciarse.
Así también lo entendió el gobierno provincial, que prometió un aporte financiero a la entidad Chaco para encarar las excavaciones.