Detienen a dos sospechosos de la matanza de policías
LA PLATA.– Fueron aprehendidos anoche dos de los cuatro acusados de conformar el brazo ejecutor en la matanza de los tres policías, ocurrida en un predio de la fuerza de seguridad provincial situado en el barrio Aeropuerto de esta ciudad. “Los cuatro son tipos muy pesados de la barra brava de Estudiantes de La Plata”, dijo uno de los funcionarios que participó de la investigación.
Uno de los sospechosos fue identificado como Leandro Adrián Colucci, de 27 años, que desde 2005 es empleado de la planta permanente del Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia y se desempeña en el área de discapacidad. Una fuente del caso informó que Colucci había mantenido una relación con una mujer que salía con una de las víctimas: Alejandro Vatalaro, de 27 años.
La mujer, a la que llaman “La Colorada”, trabaja en el Ministerio de Seguridad bonaerense y es custodiada por la policía desde anteayer, por orden de la Justicia. Ella fue una de las testigos clave en el expediente, que además aportó pruebas: mensajes de texto que comprometerían a alguno de los sospechosos. Así pues, el principal móvil del crimen, según los investigadores, habría sido pasional.
Otro testigo importante que ya declaró ante las fiscales Leyla Aguilar y Cristina Larroca fue un taxista que tuvo un altercado con los sospechosos, cuando éstos escapaban en la camioneta policial que luego abandonarían en el barrio donde vivían Vatalaro y Torres Barbosa. El taxista hizo un dictado de rostro de uno de los maleantes.
Algunas fuentes dicen que Colucci habría sido el autor intelectual de la masacre y que, además, habría participado activamente en el hecho. Otros informantes sostuvieron que otros habrían sido los autores intelectuales. Esta línea de la investigación apunta a un proveedor del Estado o a un ex comisario retirado.
Colucci, que vive en la esquina de la diagonal 74 y 30, integra la barra brava de Estudiantes de La Plata. No concurrió a su trabajo en toda la semana.
El otro aprehendido habría sido identificado como Gustavo Gabriel Mastrovita, que también sería barrabrava y fue hallado en una casilla detrás del barrio 5 de Mayo, en Ensenada. Este sospechoso tendría una herida de bala en una mano. Una de las víctimas, el sargento Pedro Germán Díaz, de 45 años, disparó su pistola 9mm contra los asesinos tras recibir 14 puñaladas y tres tiros.
En la mira
Entre los sospechosos que estuvieron en la mira de los investigadores, aunque no habría suficientes elementos para probar su presunta participación en el hecho, figura Fabián Gianota, un ex policía exonerado en 1997, sindicado como el actual jefe de la hinchada del mencionado club, que se traslada en un BMW amarillo.
Cuando los investigadores llegaron a su casa, en 59 y 131, en el barrio Los Hornos de esta ciudad, el sospechoso ya no estaba. Eso sí, la casa se encontraba llena de gente: estaban festejando un casamiento.
En el mismo barrio, en 62, entre 142 y 143, vive otro de los sospechosos que también integraría la barra brava de Estudiantes. Además, ayer se dijo que uno de los autores materiales sería un policía conocido de dos de las víctimas: los oficiales Vatalaro y Ricardo Torres Barbosa.
Al parecer, ese policía dejó una huella dactilar en un llavero roto que fue hallado cerca del cadáver de Díaz, pero esta prueba no sería concluyente.
El hermano de Vatalaro, Cristian, dijo ayer a LA NACION: “Si realmente son los autores, tendrán que pagar y morirse en la cárcel, como corresponde”.
Prendas
En los allanamientos, los investigadores secuestraron varios elementos manchados con sangre: cuatro remeras, una camiseta de fútbol, dos pulóveres, un toallón y una toalla pequeña, frascos de anticépticos y dos pares de zapatillas. “En la escena del crimen quedaron marcadas, sobre la sangre, huellas de zapatillas similares que no pertenecían a las víctimas. Creemos que intentaron, con los antisépticos, borrar las huellas. No pudieron”, dijo un investigador.
También se halló una gorra de policía, una agenda, cuatro cuchillos y proyectiles de calibres 9 mm y de escopeta calibre 12 mm.
Estos allanamientos fueron ordenados no bien terminaron las reuniones que mantuvieron el gobernador Felipe Solá y el ministro de Seguridad, León Arslanian, con las familias de Torres Barbosa y Vatalaro.
Al salir de la gobernación, Arslanian dijo: “Es muy probable que haya diligencias en las próximas horas”. Minutos después, el juez de Garantías César Melazo autorizó cinco allanamientos en La Plata y en Ensenada.
La saña
Se dijo que el móvil principal de la masacre fue el pasional. ¿Por qué, entonces, también fueron asesinados el oficial Torres Barbosa y Díaz? Hay una línea investigativa según la cual estos dos uniformados fueron asesinados “para desviar la atención y evitar futuros reconocimientos”.
Como se informó, Vatalaro recibió 33 puñaladas y dos tiros: uno en el pecho y otro, de gracia, en la nuca. Torres Barbosa, siete u ocho puñaladas y, también, dos tiros: uno en un pómulo y otro unos centímetros más arriba de la nuca. Díaz, 14 puñaladas y tres tiros.
La otra hipótesis es que existieron, además del despecho de un hombre, otros motivos, pero los investigadores no quisieron revelar cuáles. Tal vez, esos motivos estén relacionados con las actividades de las barras bravas.
“O tal vez, además de la venganza pasional, fue una venganza por cuestiones policiales. Uno de los sospechosos que no lograron aprehender anoche es un ex policía exonerado”, dijo ayer un investigador cercano a Arslanian que, desde un principio, se refirió a policías exonerados.
En el gobierno también se habló del condimento político. El único que había hasta el cierre de esta edición era una difusa relación del sospechoso Colucci con sectores del peronismo local. Desde la gobernación, anoche sólo decían: “El caso está esclarecido”.