Dos chicas denunciaron que fueron abusadas en una matiné del SIC
Un grupo de jóvenes las manoseó en una fiesta; el club sanisidrense suspendió esas reuniones
En el mismo día en que todo el país marchó sin banderas políticas ni religiosas para decir #NiUnaMenos, se comunicó que el viernes 22 de mayo pasado se abusó de dos adolescentes de 13 años en una matiné para menores de 15 años que se realizó en el San Isidro Club (SIC). Desde hace más de 15 años que este tradicional club de rugby abre sus puertas cada viernes, entre las 21 y las 24, para que los menores de edad tengan sus primeras salidas nocturnas. Ante el hecho, el club suspendió las fiestas hasta "próximo aviso".
Florencia Cardoner es mamá de una de las dos adolescentes abusadas y en su relato se puede observar que nadie hizo nada para evitar o frenar este delito. "Era la segunda vez que mi hija iba con sus amigas a una fiesta del SIC. Cuando empezó la música, sintió que un chico la agarró de la cintura, la llevó al «pogo» en el medio del lugar y empezó a sentir que querían meterle una mano por debajo de su remera. Ella salió corriendo, pero su amiga quedó atrapada y terminó llorando porque no había logrado escaparse. Le habían sacado parte de la ropa y la habían manoseado muchos chicos juntos, en un gran descontrol", contó Florencia.
La noticia se viralizó por las redes sociales y provocó una gran conmoción. Aparecieron cartas públicas, audios y testimonios, así como discusiones de grupos de WhatsApp que planteaban la crisis educativa que todo esto significa. En medio de estas discusiones, apareció un video de otra chica que se desvestía en una fiesta del SIC y para muchos fue la excusa ideal para quitarse rápidamente el peso de la responsabilidad social y colectiva que conlleva que chicos de 13 años tengan estas conductas tan destructivas. Rápidamente, mucha gente necesita seguir depositando en la provocación femenina el justificativo del abuso.
En este contexto, para las chicas de entre 13 y 18 años, ir a bailar implica enfrentarse a situaciones de violencia en las que grupos de chicos las encierren y las quieran tocar. Estos hechos parecen haberse naturalizado y las chicas que no los aceptan dicen que deben que repartir "algún codazo o trompada" al que quiera manosearla. Agustina Cinto hoy tiene 20 años y recuerda su paso por las fiestas del SIC y otras matinés similares como una especie de lucha libre en la que el secreto era estar siempre en grupo para que no le pasara nada. "Cuando íbamos a bailar al SIC te agarraba una ronda de pibes que te querían tocar. No intervenía nadie, hay tanta gente en el lugar que nadie lo ve, ni se fija ni les llama la atención, no sé. Eso estaba naturalizado", recuerda.
Los padres de las chicas abusadas no hicieron la denuncia ante la Justicia ni la policía. No lo creen necesario porque piensan que la responsabilidad de esto es social. "Yo no voy a hacer cargo al SIC de algo de lo que también los padres somos responsables, toda la sociedad es responsable. Esto es cultural. ¿Dónde están los padres? Todos miran para otro lado, no ven que esto pasa con sus hijos. Es un espanto. ¿Necesitamos ponerles guardaespaldas para que puedan salir?", reclamó Florencia Cardoner.
Las autoridades del SIC se enteraron de los hechos por las redes sociales y se pusieron en contacto con las familias. A partir de allí, emitieron un comunicado en el que describen cómo son las fiestas, el sistema de seguridad que las contiene y que decidieron suspenderlas hasta nuevo aviso. "Nunca tuvimos ningún tipo de situación de esta naturaleza, tan delicada y tan angustiante. Estas cosas están sucediendo en nuestra sociedad y se van instalando cada vez más, lamentablemente", afirmó Guillermo Richards, presidente de la entidad, que se mostró preocupado por lo sucedido y destacó que el club educa para el deporte y, en ese contexto, transmiten valores de respeto y honestidad.
"¡Basta, papá, basta!", el ruego de una nena
Ayer se conoció otro caso de brutal agresión contra una mujer que podría haber terminado en tragedia sin la intervención de una nena de apenas tres años, hija de la pareja. El hecho ocurrió en la ciudad de Neuquén, cuando el hombre atacó a su ex esposa e intentó ahorcarla. "¡Basta, papá, basta!", gritó entonces su pequeña hija. Finalmente, el hombre se desplomó sobre una silla y quedó allí hasta la llegada de la Policía.