Inspección de diputados por centros de salud mental. El Borda, en mejor estado
No presenta las deficiencias del hospital Braulio Moyano
"Esta es otra historia, nada que ver. Acá no andan en ropa de cama ni están tirados todo el día." Esta historia es la del hospital neuropsiquiátrico J. T. Borda. La otra, la del Moyano.
La frase pertenece a la diputada porteña Inés Urdapilleta, del Frente para la Victoria, quien, junto con una treintena de legisladores y asesores porteños recorrieron ayer por la tarde los pabellones del hospital Borda, guiados por Pablo Berretoni, director de Salud Mental del gobierno de la ciudad e interventor en el Moyano.
Finalizado el recorrido, todos los presentes coincidieron en señalar que la situación edilicia e higiénica en que se encuentra este nosocomio es mucho mejor que la del Moyano, que algunos visitaron días atrás.
LA NACION, presente en ambos recorridos, pudo comprobar que el hospital Borda no presenta las deficiencias edilicias, tales como falta de ventilación adecuada, señalización precaria y olores nauseabundos, que se aprecian a simple vista en el Moyano.
"Conceptualmente, este hospital es distinto del Moyano porque estuvo abierto a la comunidad, y muchos organismos trabajan acá adentro desde hace años", explicó a LA NACION la diputada macrista Soledad Acuña.
En el Borda se desarrollan diversas actividades, que van desde la famosa radio de internos La Colifata hasta una huerta en uno de los patios externos.
Pero quien mejor sintetizó la situación fue uno de lo internos, de 70 años, quien, recién salido de un taller de arte y mostrando a los legisladores las manchas de engrudo en sus pantalones, sentenció: "La mejor terapia es estar ocupado".
La externación
Los diputados porteños también coincidieron en otro punto: el incumplimiento de la ley de salud mental 448, sancionada en julio de 2000, reglamentada cinco años después: en abril del año pasado.
El objetivo que persigue esa norma es evitar la institucionalización de personas con problemas de salud mental y que todos los procesos tiendan a resocializar a los pacientes.
Para Acuña, "el hecho de que haya 1200 internados es reflejo del incumplimiento de la ley. Ese número da la pauta de que el problema existe", expresó.
En la misma sintonía se manifestó el diputado Alejandro Rabinovich, de ARI: "Estructuralmente, puede que el Borda esté mejor que el Moyano, pero aún estamos lejos de cumplir con la ley 448 que prevé la externalización de los pacientes".
El doctor Rubén Martínez, que trabaja en el Borda hace 20 años, informó a LA NACION: "Tardamos ocho años en conseguir una casa de medio camino para los pacientes que estaban en condiciones de salir de acá, así que somos escépticos en cuanto a la aplicación de la ley 448, porque necesitaríamos cien casas de medio camino y, para ello, triplicar el presupuesto".
Además, según Martínez, el hospital se encuentra "avasallado entre el saber jurídico y el saber médico: hay mucha gente que no amerita la internación y está internada igual, por orden judicial", sostuvo.
Berretoni informó que "está prevista la inauguración de un par de casas de medio camino en el corto plazo, financiadas por una fundación", y añadió: "El proceso de desinstitucionalización es muy complejo, por eso vamos a articular el sistema de lo que se debe hacer según la ley 448 con la realidad concreta".
El funcionario porteño indicó, asimismo, que el gobierno trabajará en acciones conjuntas con distintas provincias "para que la gente no salga del barrio; los lugares periféricos tienen que tratar los casos psiquiátricos allí mismo".
Aldo Imbriano, jefe del departamento de rehabilitación del Borda, informó que "el 50 por ciento de los pacientes ya lleva muchos años de internación, y si bien podrían estar afuera, no lo están porque no tienen una red de contención en el exterior".