Tendencias. El e-mail avanza ya sobre la estampilla
Los carteros reparten cada vez menos sobres de salutaciones y tienen, en cambio, más correspondencia de tipo comercial
Amenazados por el boom del correo electrónico, los carteros festejaron ayer su día con un desafío: buscar otras alternativas para no perder usuarios.
Si bien muchos mensajes viajan hoy por el ciberespacio, hay quienes aún prefieren mandar y recibir cartas escritas a mano. Ellos son: los románticos, los que necesitan un documento escrito firmado de puño y letra, los que se van de viaje y mandan postales, las empresas que distribuyen folletería.
Según las autoridades de las firmas telepostales consultadas, la mayoría de las cartas que llegan hoy a destino son mensajes que no pueden enviarse por otra vía. Las misivas informales ya no son patrimonio del correo, sino del efectivo e-mail.
El mercado del correo electrónico crece año tras año. Es que basta con tener una computadora y pagar aproximadamente seis pesos mensuales para que una persona pueda enviar mensajes a cualquier parte del mundo sólo en cuestión de segundos.
"En comparación con la carta manuscrita, el e-mail posee muchas ventajas: el bajo costo, la inmediatez, la cobertura internacional y la tranquilidad de que el mensaje llega a destino", enumeró Enrique Carrier, director de la consultora Prince & Cooke, una empresa especializada en nuevas tecnologías.
El correo electrónico en cifras
Un estudio realizado por esta compañía estima que durante este año se movilizarán 81 millones de pesos entre hogares y empresas conectadas a Internet, incluido el gasto telefónico.
Otra investigación llevada a cabo por la misma consultora, sobre un total de 464 empresas, determinó que el 92 por ciento de los empleados tiene acceso a e-mail. En tanto, 77.000 hogares argentinos navegan por Internet.
En nuestro país, hay 205.000 usuarios conectados a la red, que por ende tienen acceso a e-mail.
Los resultados preliminares de la segunda encuesta nacional de Internet organizada por la Secretaría de Comunicaciones de la Nación determinó, sobre un total de 4384 casos, que el 42,06 por ciento utiliza el correo electrónico.
Reinaldo Niera, director de la empresa Argentina On-Line, proveedora del servicio de Internet, manifestó: "La demanda crece un seis por ciento cada mes. La mayoría de nuestro clientes son empresas medianas y grandes. Si bien el negocio va en aumento, no es competencia para el correo, que ofrece otro tipo de servicios que nosotros no podemos brindar".
Ante las ventajas que proporciona el correo electrónico, las empresas telepostales buscaron alternativas para satisfacer a los usuarios.
La firma Correo Argentino instrumentó un nuevo sistema que permite a los clientes enviar un e-mail desde una sucursal de la empresa hasta la más cercana del receptor del mensaje.
Por su lado, Oca desarrolló un sistema de interconexión electrónica (vía satélite o fibra óptica). De esta manera, una persona que posee una computadora puede mandar un telegrama desde su computadora y llega a destino escrito en papel.
Irreemplazables
Los directivos de las empresas telepostales consultados por La Nación coincidieron en que el correo electrónico es un medio nuevo de comunicación, pero que nunca reemplazará a la carta manuscrita.
"El e-mail es una buena opción para comunicarse, pero la carta convencional jamás será reemplazada. Existe un mercado muy grande que aún se maneja por el correo", consideró Horacio Abulla, gerente de marketing de Oca.
Jorge Aguado, director del Correo Argentino, coincidió con la opinión anterior al asegurar: "Respecto del año último, crecimos un cinco por ciento. El correo electrónico nunca va a desplazar a la carta manuscrita, ya que ésta tiene el valor de documento".
Mercado creciente
"El mercado telepostal -agregó el responsable del Correo Argentino-, tanto en los Estados Unidos como en Europa, crece año tras año y no compite con las nuevas tecnologías."
En 1996, el correo oficial creció el 7,5 por ciento con relación al año anterior. Durante 1995, las ganancias fueron de 453.128 pesos, mientras que en 1996 los ingresos alcanzaron los 487.136 pesos.
Por su lado, Alfredo Ballarino, director ejecutivo de la Cámara de Informática y Comunicaciones de la República Argentina, manifestó que tanto el mercado telepostal como el del correo electrónico crecieron notablemente en los últimos años.
"No existe competencia directa entre los dos servicios. Ambos se complementan y nunca uno va a suplantar al otro", consideró Ballarino.
Un oficio que cambia con los años
Desde los tiempos en que recorrían los pueblos a caballo o empujaban pesados carromatos para repartir la correspondencia, su oficio cambió sustancialmente. Hoy llevan cada vez menos cartas y más valores, y están preocupados por la creciente inseguridad en las calles.
Sin embargo, los carteros aún aspiran a ser aquella figura conocida y querida por todos, que sólo encontraba paralelo en el vigilante de la esquina.
Así lo manifestó Ricardo Ferraro, secretario de relaciones públicas delsindicato que agrupa a los carteros porteños. Ese reconocimiento, expresó, es el aspecto más gratificante de un oficio que impone no pocos sacrificios. Y que en los últimos tiempos se ha vuelto, además, riesgoso.
Tiempos que cambian
"Vivimos una ola de asaltos sin precedente, al punto que a algunos carteros se les debe asignar un nuevo recorrido luego de haber sido agredidos varias veces", indicó Francisco Savoini, secretario administrativo del gremio.
Ocurre que hoy los carteros trasladan principalmente tarjetas de crédito, contrarreembolsos, cheques y valores declarados. De allí que sean un botín tan atractivo para los delincuentes.
Acostumbrados a soportar con estoicismo las más diversas contingencias climáticas y frecuentes víctimas de problemas de columna -la dolencia típica del oficio-, los carteros realizan una semana de capacitación antes de salir a la calle.
Pero su tarea no se desarrolla exclusivamente en la vía pública. También hacen trabajos de oficina. Desde la 7 hasta las 10.30, se dedican a clasificar las piezas postales y sólo entonces comienzan el reparto.
Sin embargo, las cosas están cambiando. La inauguración de una planta automatizada en el Gran Buenos Aires promete agilizar esta etapa previa a la distribución. Mientras tanto, las sucursales postales se convierten en verdaderas oficinas multiservicio.
Pero aunque el correo se esté transformando, los carteros siguen siendo tan necesarios como siempre.
Pionero
Aunque el puesto ya existía en España hace tiempo, el primer cartero que tuvo nuestro país fue designado el 11 de septiembre de 1771.
Su nombre era Bruno Ramírez, un sevillano que se desempeñó en el cargo hasta el 1° de diciembre de 1772, cuando regresó a su España natal.
La creación del puesto, por el cual no se gozaba de sueldo alguno, fue una decisión de Domingo Basavilbaso, administrador principal de la Real Renta de Correos de lo que por entonces era la ciudad de la Santísima Trinidad.