El Gobierno apura la nueva ley de drogas
El proyecto estará listo antes de fin de año, dijo el ministro Fernández; contempla no incriminar al adicto y más controles
La aspiración del Gobierno es que antes de fin de año el Congreso pueda empezar a trabajar sobre un proyecto de ley oficial que reforme la ley de drogas y no penalice al adicto que es sorprendido por la policía con drogas en su poder para consumo personal, sino que facilite su tratamiento. Así lo informó ayer el ministro de Justicia de la Nación, Aníbal Fernández.
Los deseos del ministro se convertirán en realidad a juzgar por el trabajo que viene realizando el Comité Científico, integrado por jueces, camaristas, fiscales y sociólogos, que ya tienen elaborado un borrador del proyecto de ley, según adelantaron a LA NACION integrantes de ese grupo.
La iniciativa en la que están trabajando, puliendo algunos artículos, contempla la no incriminación de aquel detenido con droga para el consumo, y en cambio propone jerarquizar el derecho a la salud. "En consonancia con los pactos internacionales, entendemos que el derecho a la salud sólo se realiza cuando es posible acceder a él, y uno de los obstáculos para su acceso es la coerción que implica la penalización del consumo", dijo a LA NACION un integrante del comité.
Otro explicó que el anteproyecto de ley no difiere de la ley actual excepto en la tenencia de drogas para consumo, pero busca modernizar la norma poniendo el acento en el control de precursores, de medicamentos y de lavado de dinero.
"No implica droga libre. Acceder a la droga sigue siendo ilegal", explicó otro de los integrantes del comité.
Aníbal Fernández adelantó que "antes de fin de año estará terminado el anteproyecto", que incluirá la idea de "reducción de daños", según dijo el ministro. Esta política implica la distribución de jeringas en los casos de adictos a heroína para evitar que se contagien enfermedades como el sida.
Destacó que el proyecto de reforma en el que trabaja el comité, integrado por Mónica Cuñarro, Horacio Cattani, Patricia Llerena, Roberto Falcone, Martín Vázquez Acuña, Alicia Gillone, Eva Giberti y Alberto Calabrese, definirá "una política de tratamiento ante la presencia de consumo, una fuerte política de reducción de daños y una fuerte política de represión en todas las formas de colocación de productos o sustancias ilegales y el lavado de dinero del narcotráfico".
Aníbal Fernández, tras presentar la encuesta sobre consumo que servirá de base para la reforma, se reunió con el embajador de Estados Unidos, Earl Anthony Wayne, quien se mostró preocupado por la comercialización de precursores químicos utilizados para la elaboración de drogas sintéticas, comercializadas luego en los Estados Unidos a través de carteles mexicanos (ver aparte).
El estudio presentado por Fernández revela que los consumos de tabaco y alcohol se mantienen uniformes en todo el país, pero señala que hay diferencias en el consumo de drogas prohibidas o controladas. Se destaca el uso de tranquilizantes en la ciudad de Buenos Aires, mayormente entre las mujeres (9,5%), seguida por Mendoza y Córdoba.
Distribución del problema
En cuanto al uso de marihuana, el trabajo señala que los porteños son quienes más consumen (19%), seguidos por los fueguinos (11,8%) y los neuquinos (9%).
El uso de cocaína también prevalece en la ciudad de Buenos Aires (4,8 %), seguida por Tierra del Fuego (3,1%), Neuquén (2,6%) y Santa Fe (2,4%).
En el Gran Buenos Aires se destacan el consumo de alcohol, tabaco, tranquilizantes, marihuana y cocaína por encima del promedio de las regiones de Cuyo, Noroeste, Noreste, la zona pampeana y la Patagonia.
Estas cifras fueron interpretadas por el ministro Fernández como la evidencia de que no se trata de un problema generalizado, sino focalizado en algunas jurisdicciones. Es llamativo que los mayores niveles de consumo se dan lejos de los lugares por donde habitualmente ingresan en el país los cargamentos de cocaína y marihuana, en el Norte y el litoral, respectivamente.
El trabajo del Indec destaca que hubo un incremento cercano al 1 por ciento en el consumo de marihuana con respecto a 2004 y sostiene que el de cocaína se mantiene similar al de hace 4 años. En cambio, advierte sobre el uso de tranquilizantes sin receta y más allá de la indicación médica y sobre la incidencia del alcohol y el tabaco, que alcanza al 76 y 52% de la población de todo el país, respectivamente.
Preocupación de EE.UU.
- El embajador de los Estados Unidos en la Argentina, Earl Anthony Wayne, se reunió ayer con el ministro de Justicia de la Nación, Aníbal Fernández, y con los jefes de las fuerzas de seguridad. En el encuentro, Wayne advirtió sobre la necesidad de tener mayores controles en la comercialización de los precursores químicos que son necesarios para producir drogas ilegales. El ministro y el embajador hablaron sobre nuevas tendencias en el tráfico de drogas y sobre todo del uso de efedrina y pseudoefedrina como precursores químicos para la producción de droga sintética, como el laboratorio descubierto en Escobar hace 15 días.
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