El PAMI, con nuevos prestadores
Lo dijo Ocaña al asumir en la obra social; así eliminará a las gerenciadoras
En su primer día al frente del PAMI, Graciela Ocaña repitió el catálogo de objetivos que cada presidente y cada interventor enarbolaron al asumir en el organismo: mejorar la calidad de las prestaciones, terminar con los focos de corrupción que puedan sobrevivir, eliminar las gerenciadoras y normalizar definitivamente la obra social de los jubilados.
La pregunta de los periodistas cayó de madura: "¿Por qué le debemos creer a usted, si los otros no cumplieron?" Y la respuesta de la directora ejecutiva del instituto sonó premeditada: "Porque yo tengo un fuerte compromiso en la lucha contra la corrupción desde antes de llegar al PAMI. Eso tiene una valía. Igualmente, lo más importante no son las palabras, son los resultados que podamos mostrar", explicó en un tono de voz suave, que no perdió durante la entrevista.
En otro pasaje digno de ser destacado de la charla, en la que permaneció secundada por José Ramón Granero, subdirector del PAMI, la diputada de ARI en uso de licencia sostuvo -en referencia a su futura relación con los frentes gremiales, políticos y de prestadores que puedan entorpecer su gestión- que "a una mujer no la hace callar nadie".
Junto con Granero, precisamente, delinearon los pasos iniciales que darán para encaminar la obra social de los jubilados hacia una futura normalización, dentro de unos "cinco o seis meses", coincidieron.
A este llamado "gobierno de transición en el PAMI" no le impusieron por decreto un plazo de duración. Ocaña y Granero sólo tienen la obligación de enviar al Congreso un proyecto de ley de normalización del organismo antes del 30 de marzo. Luego, ambas cámaras deberán aprobar la iniciativa. Por eso, los directores estiman que permanecerán en el cargo hasta aproximadamente mediados de año.
Más tarde, esta licenciada en Ciencias Políticas de 43 años se defendió de las acusaciones de algunos miembros de su partido que desacreditaron sus conocimientos en materia de salud pública. "También dijeron en su momento que no sabía nada de lavado de dinero, y aprendí", respondió.
-Pero traerá equipos técnicos expertos... -sugirió LA NACION.
-Sí, vamos a ir incorporando técnicos en distintas áreas.
-¿Descartamos que vaya a nombrar familiares, tras las críticas a otras administraciones que lo hicieron? -insistió LA NACION.
-Así es.
Casi al término de la charla con los medios, y más allá de las críticas de sus colegas, Ocaña evaluó su cambio de la labor legislativa a la ejecutiva: "Hace tiempo que quería pasar a la gestión. Y me estoy dando cuenta de que me gusta esto de tomar decisiones", dijo, entre risas.
Entre ellas, contratar y pagar a nuevos prestadores, sin gerenciadoras mediante; incluir a los hospitales públicos, especialmente los del interior, para atender a los afiliados, y normalizar las prestaciones sobre las que reciben más quejas: la demora en los turnos con especialistas y en la entrega de drogas oncológicas.
Antes había descartado que, con su designación, el presidente Néstor Kirchner hubiera desmantelado a la oposición. "No está rota la oposición. Si alguien que la quiere desarticular le da un presupuesto de $ 3170 millones y libertad para manejarlo, (la oposición) se va a llevar el mérito si lo hace bien", sentenció.
lanacionar