El tercer secreto de Fátima y una gran crisis de fe
Fe: miles de fieles se congregan hoy en el santuario de la Virgen, en Portugal, al celebrarse otro aniversario de su aparición; La Nación habló en exclusiva con el sobrino de sor Lucía la vidente de Fátima.
Hasta la caída del ominoso muro de Berlín hubiera sido impensable que desde Rusia, Polonia o Siberia representaciones oficiales asistieran a la 79° celebración internacional de Fátima, que hoy se realiza en la lejana tierra de Cova de Iria, en Portugal.
Este año, a sólo cuatro del fin de siglo, se renueva la expectativa por conocer el contenido del tercer secreto de Fátima que, como se sabe, el Vaticano guarda bajo llave hasta el siglo XXI.
En una entrevista exclusiva con La Nación, desde Portugal, el padre José Pereira Dos Santos Valinho, sobrino de Lucía de Jesús, una de las tres pastorcitas analfabetas depositaria de las revelaciones de la Virgen, dijo que "la tercera parte del secreto, más que apocalíptica, debe referirse a una grave crisis de fe en la Iglesia y en el mundo".
Los anuncios de María sobre el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el advenimiento del comunismo en Rusia fueron tan ciertos como que el derrumbe de la ex URSS hizo posible ayer la presencia de los primados eclesiásticos de ex naciones del Este, junto a millares de peregrinos, en el santuario de Fátima para la celebración.
Sin apocalipsis
La peregrinación de este año es presidida por el cardenal Joseph Ratzinger, de la Congregación para la Doctrina de Fe, que conoce el tercer secreto de Fátima. El primado negó ayer que la tercera predicción contenga anuncios apocalípticos. Dijo que le preocupa "el cansancio en la fe que existe en muchos lugares, sobre todo, en Europa". Hace 48 horas que Fátima se puebla de gente de todo el mundo, que llega con su dolor, su esperanza y sus oraciones a cuestas.
Lejos de las onduladas colinas portuguesas, la tierra árida de Cova de Iria recoge los ruegos de las personas que se congregan en el santuario. En 1995 fueron cuatro millones.
La proximidad del fin del milenio aumenta la ansiedad por conocer la tercera revelación que la Virgen hizo a los niños el 13 de octubre de 1917, fecha de su última aparición. Fue el día en que el sol se convirtió en una bola de fuego y alteró su rotación, ante 70.000 seres que no vieron a María.
No obstante, las versiones se orientan en dos sentidos: una catástrofe mundial sin precedente, donde la humanidad perecerá, o un profundo cisma en la Iglesia Católica, provocado por una crisis de fe.
Crisis de fe
El sacerdote, uno de los 28 sobrinos de sor Lucía, que a los 89 años vive como monja de clausura en un convento de Portugal, está convencido de que su tía "tiene hoy revelaciones de la Virgen. Lo deduzco por la insistencia con que vuelve sobre ciertos temas. Por pedido de la autoridad eclesiástica tuvo que escribir lo que se conoce como Memorias de la hermana Lucía y hace unos meses se publicó la Sexta memoria". Sugirió que la religiosa escribe un diario íntimo con sus impresiones sobre lo que, según otras fuentes, la Virgen le manifiesta en sus apariciones.
El padre Valinho dijo también que la razón por la cual la Santa Sede no da a conocer el tercer secreto es porque mucha gente "sólo quiere saberlo por curiosidad y sensacionalismo, olvidándose que el saber implica responsabilidad".
En cuanto a sus razones para afirmar que el tercer anuncio se vincula con una profunda crisis de fe en la Iglesia, el religioso dijo que "cuando en la segunda parte del secreto se dice que en Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, quiere decir que en otros lugares ella se perderá".
Luego reflexionó que -tras conocer la tercera revelación mariana- el papa Juan XXIII la comunicó al cardenal Ottaviani, y Juan Pablo II hizo lo propio con el cardenal Joseph Ratzinger, ambos prefectos de la congregación de la Doctrina de la Fe en diferentes épocas. El padre Valinho se preguntó si la circunstancia "no significa referirse a una grave crisis de fe en la Iglesia".
Sea que el misterio divino esté referido a una catástrofe mundial o a un cisma religioso, lo cierto es que no es necesario esperar hasta el próximo siglo para estar atentos, sobre todo, cuando hoy puede observarse cómo bulle sin pausa un espeso caldo de cultivo en el mundo: hambre, guerra, pobreza, corrupción, narcotráfico, nuevos virus, crisis de solidaridad, acumulación desmesurada de bienes.La humanidad tiene la respuesta.
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