En una sesión caliente, se aprobó el ingreso de transporte público a Nordelta
La segunda fue la vencida: luego de un traspié el mes pasado, el Concejo Deliberante de Tigre finalmente logró aprobar por unanimidad en sesión extraordinaria una ordenanza que autoriza en los próximos 90 días el ingreso de la línea 723 de colectivos a Nordelta, el emprendimiento inmobiliario fundado casi veinte años atrás por el empresario Eduardo Costantini.
La norma, impulsada por el intendente massista Julio Zamora, permite desdoblar los recorridos de la línea para "optimizar el transporte de pasajeros en algunas localidades del partido a los efectos de cubrir necesidades de la población que se fueron manifestando con mayor intensidad a partir del crecimiento urbano y poblacional".
Cómo sucedió el 27 de noviembre, cuando el proyecto no logró conseguir los votos necesarios para ser tratado, muchos residentes de Nordelta se hicieron presentes en la sesión para manifestar su desacuerdo con el ingreso de los colectivos bajo las consignas "Escuchen a los vecinos" y "723 no, transporte interno gratuito, sí". A ellos se opusieron manifestantes peronistas que cantaron "las calles son del pueblo" y "Tigre sí, colonia no".
A los ojos de los vecinos, esta medida vulneraría el "doble anillo concéntrico de seguridad" de Nordelta, cómo se denomina al sistema de control de acceso, domos y cámaras de vigilancia. La ordenanza no especifica qué mecanismos de seguridad se aplicarán cuando las unidades ingresen al complejo.
Desde 2001, la empresa de micros MaryGo, propiedad de Nicolás Pasqualini, opera dos servicios allí: uno interno y uno que viaja hacia Capital. A partir de noviembre comenzaron a conocerse denuncias de supuestos episodios de discriminación contra empleadas domésticas de Nordelta a las que no dejaban compartir el servicio con vecinos.
Pasqualini dijo que los problemas se debían a una reducción de las frecuencias planeada de cara al ingreso del 723 y que había intencionalidad política en las denuncias. Vecinos de Nordelta consultados por LA NACION también especularon con que la movida es parte de un negociado entre el municipio y la administradora, Nordelta SA, para asegurarse que los nuevos emprendimientos del complejo, como una clínica de alta complejidad, una universidad y un centro cívico, tengan una conectividad adecuada.
Ante la consulta de este diario, Diego Moresco, CEO de Nordelta SA, admitió días atrás que están trabajando "para que entre el 723" y que su objetivo es "ser una ciudad integrada con el municipio, abierta, inclusiva, diversa y segura.
Frente a esta situación, miembros del Concejo Vecinal de Nordelta, compuesto por los delegados barriales de 24 barrios del predio, intentaron poner a consideración de la Comisión de Transporte del Concejo un proyecto alternativo que preveía que MaryGo sumara unidades más grandes, nuevos puntos de transferencia y pasajes gratuitos para residentes y empleados del emprendimiento.
Pero el proyecto no prosperó y ahora este exclusivo complejo de 1600 hectáreas deberá abrir sus puertas al transporte público.
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