"Es un milagro, mi hijo está consciente", dijo la madre del joven con fractura de cráneo tras el derrumbe en el aeropuerto de Ezeiza
"Es un milagro, mi hijo está consciente. Por el derrumbe tuvo pérdida de masa encefálica y ocho días después ya habla, come, escucha y se sienta. Realmente es un milagro", dijo Reina Argüello, de 53 años, madre de Luis Alberto Moreira, de 21, el joven que quedó internado en grave estado luego de la caída de un andamio en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, el pasado 24 de septiembre. Por el derrumbe murió José Bulacio, de 50 años, capataz en la obra.
Argüello conversó con LA NACION desde la puerta de la sala de terapia intermedia de la Clínica Olivos, donde su hijo está internado. Ocho días atrás, este diario la entrevistó en la puerta del hospital Eurnekian, en Ezeiza, cuando la situación era de extrema gravedad. A su hijo lo habían operado durante cinco horas por una fractura de cráneo y tenía la pierna quebrada.
En esa oportunidad, Darío Moreria, el tío de Luis, le dijo a LA NACION desde la puerta del hospital: "Mi sobrino está en las manos de Dios. Es un pibe joven que laburaba full time en la obra. Los médicos dicen que tiene fractura de cráneo, está muy grave".
"Gracias a Dios evoluciona muy bien y siente todo el cuerpo. El viernes ya lo pudieron operar de la pierna que estaba quebrada. Fue una operación de dos horas y media, le pusieron un clavo. La situación era muy mala, pero el es muy joven, muy fuerte y evolucionó rapidísimo. Ya puede comer puré, gelatina. Tal vez hoy lo cambian de cuarto", agregó Argüello.
Sobre el accidente, Argüello dice que su hijo no recuerda nada de lo que sucedió. LA NACION contactó a fuentes judiciales y constató que Moreira aún no declaró en la Justicia.
"Vinieron los amigos, los compañeros de trabajo, impresionante. Yo le quiero agradecer de corazón a todos sus amigos, todos los que se preocuparon. Estoy muy contenta de que haya salido de esto. Los amigos salen del trabajo y vienen para acá, muy emocionante", concluyó Argüello.
Ayer LA NACION publicó que el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, encontró una testigo que tenía una prueba clave: había captado con la cámara de su teléfono celular el estado del andamio donde estaba subida la víctima antes de la trágica caída y muchos de los operarios que resultaron heridos, entre ellos Moreira.
La fotografía, que ya fue incorporada en el expediente, podría ser clave para determinar que el derrumbe habría ocurrido porque el andamio donde estaban los operarios habría colapsado. De esta manera se descartaría la primera hipótesis que se buscó instalar: que una grúa enganchó la estructura tubular que oficia de soporte al área por donde transitan los operarios y la tiró junto a parte de la mampostería.
La obra donde ocurrió el derrumbe es ejecutada por el Estado nacional junto a Aeropuertos Argentina 2000 con una inversión de 8500 millones de pesos. Estaban construyendo la nueva terminal que tendrá 48.000 m2 y será tres veces más grande que la actual Terminal A.