Es preferible preservar los lazos
El tema de la adopción grupal es muy complejo. Siempre es preferible conservar los lazos de origen; si no, es más difícil resolver los problemas de dolor que implica una separación de los hermanos. Lo fraterno genera preocupaciones sobre el destino y el futuro de otros hermanos, y a veces provoca el sentimiento de la culpa, si uno de ellos no ha sido adoptado por nadie. Casos como éstos son bastante comunes y requieren muchas veces una atención muy delicada y sistematizada. Poder adoptar hermanos para mantenerlos juntos siempre es una riqueza para los niños, que pueden crecer y mantener sus relaciones bajo el mismo techo.
La familia adoptiva también tiene que contar con muchos recursos afectivos, ya que cada niño es diferente y tiene sus necesidades y requiere una atención especial. También depende de la edad, porque los chicos más grandes que pasaron mucho tiempo sin familias, pueden resistirse a un cambio de este tipo. Entonces, la familia tiene que ser muy tolerante y flexible para ir construyendo el vínculo de una manera distinta. Es muy importante brindar no solo las buenas condiciones de vida, sino también desarrollar una red familiar, institucional y ayudar a crear un futuro para los niños. Es una tarea gratificante, pero se necesita mucho trabajo emocional. De todos modos, vivir juntos ya es algo que aporta mucho.
Sin embargo, no deberíamos llegar a esta situación de que un chico de 6 o 14 años viva sin familia hasta esa edad cuando lo normal sería una adopción temprana.
La autora es psicóloga, directora de la Fundación Adoptare y autora de varios libros
Graciela Lipski