Evitar la deserción escolar, clave para combatir la pobreza
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En el auditorio reunido en el aula magna de la Academia Nacional de Medicina, donde investigadores y especialistas en economía, educación, salud y derecho participaron del 4° Encuentro Interacadémico "La pobreza, realidad y tratamiento", estaba sentado Aníbal Pérez. No había recibido ninguna invitación formal, pero fue el último en pedir el micrófono y tomar la palabra. "Estoy saliendo de situación de calle, y quería decir que todo lo que escuché acá refleja bastante cómo fue mi vida en estos cincuenta años", señaló. Pérez es oriundo de Pilar, proviene de una familia de 15 hermanos y a los ocho años comenzó a trabajar. Ni él ni sus padres terminaron la escuela y hubo alguna etapa donde, confiesa, pasó hambre. Varios de sus hermanos, algunos más jóvenes que él, murieron y una de sus hijas también.
La de Pérez, según los últimos datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), es una historia concreta que representa al 30% de la población argentina, unos 11 millones de personas que sufren la pobreza, y sobre las causas y posibles soluciones reflexionó ayer este panel de académicos integrado por Manuel Luis Martí, vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina; Adalberto Rodríguez Giavarini, presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI); Luisa Montuschi, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Económicas; Alieto Aldo Guadagni, miembro de la Academia Nacional de Educación; Daniel Funes de Rioja, de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales; Jorge Lemus, ex ministro de Salud porteño y director del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la mencionada academia; la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, de la Academia de Periodismo, y Juan Carr, fundador de la Red Solidaria.
"Para salir de la pobreza hay que tener acceso a la educación. Pero eso significa terminar los dos ciclos obligatorios, porque con tener completa la escuela primaria no alcanza. Y la realidad de nuestro país dice que sólo el 44,7% de los jóvenes termina el secundario -arremetió Guadagni-. En el nivel socioeconómico bajo de la población, uno de cada tres jóvenes pertenece al grupo denominado "ni ni" [ni estudian ni trabajan], y seis de cada 10 que tienen un trabajo informal tampoco terminaron el secundario". Además, según el académico, nuestro país tiene el calendario escolar más "pobre" del mundo. "Chile tiene 1200 horas de clase al año; acá son 720 por ley, pero no se cumplen ni luego se recuperan". Guadagni también se refirió a la mala calificación de la Argentina en el último informe PISA [Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes], que analiza el rendimiento de los alumnos en asignaturas como matemática, comprensión de lectura y ciencia. "Del promedio entre las tres asignaturas, estamos en el puesto 59, pero en otros temas, como ausentismo sistemático, ocupamos el último lugar, con el 66 % de inasistencia crónica".
Trabajo informal
Otro de los aspectos clave del encuentro se centró en la relación de la pobreza con el trabajo no registrado, y sobre la temática opinó Funes de Rioja: "La composición actual de la fuerza laboral evidencia que aún queda mucho margen para operar, ya que de los 19 millones de personas que la componen, un 40% (siete millones) se enfrenta a problemáticas de trabajo, como la desocupación, la informalidad o la subocupación". De los asalariados, que según datos de 2014 representan a unos 6.393.894 de argentinos, la tasa de informalidad es del 33,5 %. "Si bien la tendencia es a la baja, hay un estancamiento en los últimos cinco años, al igual que la generación de puestos formales", agregó.
El experto también consideró como desfavorable el alto porcentaje de puestos de trabajo en el sector público, del 35%, contra el 64% del privado. El resto del total de asalariados registrados, un 4%, corresponde a casas particulares. "La creación de condiciones amigables para que las pymes puedan funcionar no es importante sólo para crear más empleo, sino también para combatir la informalidad. Cuanto más difícil sea crear una empresa y contratar empleados, más probabilidades habrá de que aumente la informalidad". Y mencionó como ejemplo el caso de Nueva Zelanda: "Allí crear una empresa tiene costo cero, y todo el trámite lleva sólo un día. En Venezuela se necesitan unos 144 días, y en la Argentina, con suerte, unos 150".
En tanto, Carr destacó: "No puede haber hambre en un país que produce alimentos para 400 millones de personas".
Sobre la salud y la pobreza, Lemus concluyó: "Aunque en la clasificación internacional de enfermedades los «problemas relacionados con las circunstancias económicas» ocupen el puesto Z59 [la lista va de A00 a Z99], la pobreza es para muchos en la actualidad la principal responsable. Es un verdugo despiadado, una enfermedad que ha quedado huérfana que debemos atender. Urgente".
Perspectivas de la charla
Adalberto Rodríguez Giavarini
"La inflación es un claro factor de pobreza, y en el país los picos de ambos indicadores siempre han ido de la mano"
Daniel Funes de Rioja
"El entorno desfavorable para la creación de una pyme colabora con la informalidad y el empleo no registrado"
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