Fernando Altamirano: "Lo que más miedo nos daba era que nos pegaran un tiro, como pasó"
"Ella quería ser policía. Era todo para mí; era una buena mujer, una buena pareja, tenía todo. Lo único que pido es que no se olviden de lo que era Lourdes. Pido que nos cuidemos entre todos, no permitamos que esto pase más", dijo, entre lágrimas, Fernando Altamirano, mientras acariciaba las cuentas del rosario que, en vida, llevaba la joven oficial que anoche comenzaba a ser despedida en la Casa Velatoria del Sur, de Berazategui.
"El uniforme es un riesgo, pero con orgullo vestimos nuestro uniforme azul. Ser policías es lo que elegimos. Lo que más miedo nos daba era que nos pegaran un tiro, cómo le pasó a Lourdes. La inseguridad no es tema de ahora, es de hace mucho, y no estamos haciendo nada", sostuvo.
Esa declaración de Altamirano, de 34 años, debe leerse en el contexto de las que había hecho en la víspera, cuando todavía su mujer estaba internada, en estado crítico, en el Hospital Posadas, de El Palomar. Esa vez dijo que los policías "no se sienten protegidos" al prestar servicio en las calles del conurbano. Ayer sostuvo: "Todos los días salimos con chaleco, pero no sabemos si volveremos a casa. Siento una mezcla de cosas y tengo mucho dolor. La ley nos limita. Nosotros no podemos trabajar. Tenemos que pensar, actuar y reaccionar en menos de un segundo, en ese tiempo, como te salga. Ahora, si matás a un policía, no tenés que tener más derechos. ¿Salís cuándo? ¿A los dos años? Pena perpetua corresponde".
Anoche comenzó a circular la convocatoria a una marcha al Obelisco el 18 de agosto próximo, bajo el lema #NiUnPolicíaMenos. Altamirano adelantó que irá.
El domingo, cuando Lourdes todavía luchaba por su vida, las declaraciones de Altamirano le generaron un cortocircuito con el jefe de la policía, Fabián Perroni, quien ante el reclamo de que a los uniformados no se los protegía le respondió que debía "comportarse como un hombre". Ayer a la tarde el comisario general visitó a la familia de la víctima en Berazategui. Anoche, Altamirano dio por zanjada la controversia abierta por sus dichos de anteayer. "Fue un momento de calentura y les pido disculpas a él, a la gobernadora y al Presidente por lo que dije". Y concluyó: "Voy a trabajar desde el lado de adentro de la fuerza para acompañar a todos mis compañeros, para cuidar a los ciudadanos y que de una vez cambiemos todas estas cosas".