Hay argentinos que, como los japoneses, levantan la basura de los otros
Las imágenes de los hinchas japoneses levantando la basura que había quedado en el estadio después del partido que ganaron contra Colombia se viralizaron. En la mayoría de los casos, iban acompañadas de comentarios como "esto jamás va a ocurrir en mi país". Lo mismo sucedió con las escenas del post partido en Rusia de los senegaleses. Sin embargo, existen en el país distintas iniciativas de argentinos que justamente le ponen el cuerpo al consumo responsable y salen a levantar la basura que otros dejaron.
"Tenemos muy incorporada la idea de que la basura que genera el otro es del otro. Y algo tiene que cambiar en nuestra cultura, primero en quien tira desechos en la vía pública y segundo en quien piensa que es de tontos o de héroes hacer un trabajo que le corresponde a quien lo tiró o al Estado", dice Alex Tersoglio, una vecina de Villa La Angostura que hace tres meses organizó una carrera en su ciudad para practicar un deporte que se inventó en Suecia y hoy convoca a atletas de todo el mundo: plogging, o salir a trotar levantando la basura que uno encuentra en el camino.
Los deportistas no salen de casa con ropa deportiva, zapatillas y con las manos vacías. En cambio, el outfit incluye una bolsa de residuos y guantes, para así levantar todos s desechos que uno encuentra en el camino. Dicen los inventores que en el agacharse a levantar la basura y cargarla en la bolsa, se gastan unas calorías extra a las que se queman con el ejercicio aeróbico.
En MDP nos sumamos a la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente y de la mano de la gente de @YoAmoMiPlayaOK hicimos nuestra parte para limpiar el mundo.En un ratito juntamos más de 300 sorbetes, al mundo le lleva 400 años degradarlos y a nosotros solo 5 minutos usarlos. pic.twitter.com/G7f8PUp5B6&— Santiago Bonifatti (@SBonifatti) 6 de junio de 2018
Hace tres meses, Villa La Angostura, se sumó a esta iniciativa. Lo mismo ocurre desde hace casi un año en áreas protegidas de Tucumán, Neuquén, Córdoba y Salta. Hace tres fines de semana, también el municipio de San Isidro organizó una carrera de plogging, con motivo del Día Internacional del Reciclado.
También en Pinamar, desde hace casi una década, un grupo de vecinos sale a recorrer las playas, tanto en temporada como en el año, para levantar los residuos que dejaron otros. En un corto trayecto se puede llegar a levantar grandes volúmenes de basura, cuenta Gastón Caminata, que impulsa la campaña Amo Mi Playa.
Caminata, además de activista y "despertólogo", como le gusta definirse, es surfers. Hace algunos años, cuenta, le hizo una promesa al océano. Esa iba a ser su forma de agradecerle: antes de volver a casa, después de surfear, iba a recorrer la playa y levantar y llevar a su destino final toda la basura que encontrara en su camino. No solo cumplió su promesa sino que incentivó a otros a hacer lo mismo. Así, llegó la cruzada contra el plástico y sobre todo las pajitas, que desde el verano próximo estarán prohibidas en Pinamar. En Mar del Plata, un grupo de concejales se sumó a la iniciativa. La propuesta era levantar en sólo cinco minutos toda la basura que pudieran recoger en la Bristol. Los resultados fueron sorprendentes, hasta para los mismos impulsores.
En Villa la Angostura, la primera carrera de plogging se corrió por el centro de la ciudad, en el trayecto de dos kilómetros de la ciclovía. Y en total recolectaros 22 bolsas enormes de basura. "Parecíamos Papá Noel, porque las bolsas eran enormes y en un corto recorrido juntamos de todo. Desde partes de auto abandonadas, hasta un televisor roto y toda clase de desechos", cuenta.
La segunda carrera se hizo por el bosque y en esa ocasión, el volumen de basura fue todavía mayor. "Uno piensa que vivimos en un lugar de mucha conciencia ambiental, pero evidentemente ni el turista ni los locales cuidan el medio ambiente como deberían", dice Alex.
Una carrera de sentadillas
El plogging sirve para medir qué cantidad de basura tiran en la vía pública los habitantes de una ciudad. "En países como Suecia, donde nació la idea, los corredores van trotando y después de un largo trayecto encuentran algo para levantar, sobre todo en áeras verdes. Nosotros, directamente nunca llegamos a correr. Vamos a llegar a fin de año con unos gluteos bárbaros por tantas estocadas que hacemos levantando basura. Pero de ejercicio aeróbico ni que hablar. Porque es imposible correr si a cada dos pasos te topás con basura para levantar", agrega Tersoglio.