Hay que trabajar en todos los frentes
En agosto de 2011, la Dirección de Sida y ETS del Ministerio de Salud de la Nación modificó sus guías, ampliando las recomendaciones para el inicio del tratamiento antirretroviral a pacientes con menos de 500 CD4. De ese modo, se convirtió en el primer país de América latina en adoptar este criterio.
Anteriormente, la recomendación era tratar a los pacientes con menos de 350 CD4, pero la evidencia científica reunida hasta la fecha demostró la conveniencia de comenzar a tratar más precozmente a los pacientes infectados.
En función de los datos que surgen de distintas investigaciones, se estima entonces que, en la Argentina, más del 80% de las personas infectadas cumpliría criterios para comenzar su tratamiento en forma inmediata al momento del diagnóstico.
Pero si bien las recomendaciones plantean un escenario ideal y, habiéndose disminuido no sólo la cantidad de comprimidos diarios, sino también la toxicidad de los antirretrovirales, la realidad nos muestra que sostener un tratamiento con alta adherencia de por vida es difícil y las interrupciones pueden generar resistencia del virus a las drogas.
Entre un 25 y un 30% de los pacientes bajo tratamiento del sector público no logran buenos niveles de adherencia.
Por eso, desde el punto de vista de la salud pública, no basta con definir cuándo o con qué drogas comenzar, sino que, además, se debe trabajar en todas las estrategias de acompañamiento, y considerar las individualidades de cada paciente.
Esto permitirá asegurar la adherencia, una pieza clave para el éxito de la terapia antirretroviral.
Más información:
www.msal.gov.ar/sida/info_recom_terapeuticas.html
Carlos Falistoco