Opinión. Hoy no podría edificarse más rápido
Por Luis J. Grossman Para LA NACION
Ese rascacielos tan especial que se alza frente a la plaza San Martín cumple siete décadas.
Y hay que decir que en ese lapso no abandonó el sitial que ganó como uno de los mejores edificios de Buenos Aires (en ciertos aspectos es el mejor) así como la admiración incondicional que aún hoy siente por él la mayor parte de los arquitectos.
Fue proyectado por encargo de la señora Corina Kavanagh para edificio de renta, una tipología entonces habitual que fue posteriormente desplazada por la de propiedad horizontal.
De hecho, sus primeros habitantes fueron inquilinos que, después, adquirieron la propiedad favorecidos por la ley de alquileres de los años de Juan Domingo Perón, que obligó a la señora de Kavanagh a vender las unidades a menor costo.
Fueron sus autores los arquitectos Sánchez, Lagos y De la Torre, quienes tuvieron a su cargo el diseño y la dirección de una obra por muchas razones peculiar.
En efecto, cuando se dibujó el Kavanagh era el edificio con estructura de hormigón armado más alto del mundo. Porque las construcciones de gran altura que se levantaban en Chicago o Nueva York tenían esqueletos de acero.
También fue el primer edificio de vivienda colectiva con instalación central de aire acondicionado, una proeza que llevó a cabo en Buenos Aires la empresa Lix Klett con equipos Carrier.
Les recuerdo que fue en 1935, un dato fundamental para ponderar el espíritu de avanzada de sus diseñadores y sus propietarios.
Todo un récord
Por último, como otra referencia singular, la torre escalonada del Kavanagh se construyó en casi un año y medio, es decir, en un plazo que -con las técnicas de prefabricación de partes y los modernos equipos de montaje y movimiento- hoy no podría edificarse en menos tiempo.
Hasta aquí, algunos datos que califican al primer rascacielos porteño moderno y lo singularizan.
Pero es preciso adjetivar su elegancia formal, el armonioso manejo del volumen con una energía ascendente que luce más frente al amplio espacio verde de la plaza San Martín, una serie de cualidades, en fin, que lo convierten en un paradigma de la arquitectura del siglo XX en la Argentina.
Cuando pase por Retiro o por la plaza histórica que baja en declive hacia la Torre de los Ingleses, no deje de levantar la vista para regocijarse con la imagen de esa otra torre que cumple 70 años: el Kavanagh.
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