Huir del centro, la nueva meta laboral
Corporaciones, profesionales y pymes se relocalizan en áreas que antes eran consideradas periféricas; encontrar un mejor ambiente natural, evitar los caos de tránsito y bajar el estrés los empujan a instalarse en cuatro corredores estratégicos
La migración de corporaciones, de profesionales y de pymes del centro porteño es hoy una realidad que se acentúa a medida que crece la conflictividad social en el corazón de la ciudad.
El desborde piquetero, la saturación del tránsito, los altos niveles de ruido y smog, la escasez de espacios amplios, el incremento en los costos de los alquileres de oficinas y de cocheras, junto con el vértigo y el estrés urbanos, empujan los ámbitos laborales hacia zonas antes consideradas periféricas.
La conectividad concreta las mudanzas que hoy se suceden como en estampida. Con ellas, también se impone un cambio de hábitos y de valores, impensable cuando la proximidad geográfica y el contacto físico determinaban el éxito de las relaciones laborales.
Hay un cúmulo de razones para el éxodo de esa gran masa productiva, pero la que se repite con insistencia entre el más de medio centenar de empresas relocalizadas en los últimos tres años es "evitar el centro". Así surge de un amplio relevamiento de LA NACION entre las empresas y los profesionales que estrenaron nuevo "hogar", lejos del corazón laboral de la Capital.
Las horas perdidas en los traslados restan productividad y suman un estrés innecesario, dicen. Sobreviene luego una catarata de demandas (luminosidad, aire puro, vista al verde, espacios integrados, con amenities ) que no encuentra su correlato en la actual oferta de espacios laborales, sindicados como "escasos para la demanda", en gran parte obsoletos o con costos altos para las zonas más demandadas: Catalinas, Puerto Madero, Plaza Roma, Retiro y microcentro. En Catalinas, por ejemplo, el alquiler por m2 de oficinas AAA va desde los US$ 26 a los US$ 35.
"El producto bruto de la ciudad hace tiempo que se corre hacia el norte de la Capital y de la provincia de Buenos Aires. Antes, ese desplazamiento no estaba estructurado. Pero desde hace unos años, al generarse las condiciones de desarrollo en otras áreas, al sumar edificios modernos más infraestructura, se crea un círculo virtuoso que capta empresas", explica Herman Faigenbaum, director de Cushman & Wakefield, empresa de servicios inmobiliarios.
El analista desestima, empero, un vaciamiento corporativo del centro de cara al futuro: "Sigue siendo un área capital, que concentra todos los servicios. La tendencia apunta más bien a la consolidación de polos alternativos en el Norte, que ya están perfilados y con buena demanda", dice.
Los principales son los corredores Panamericana, desde General Paz, en Saavedra, hasta Márquez, en San Isidro; Avenida del Libertador, desde Vicente López hasta el Tren de la Costa, en Olivos, y, en la ciudad, Libertador desde Belgrano hasta Núñez. También hay otros nacidos a partir de una estrategia de desarrollo, como el Polo Tecnológico, o diversas áreas en Palermo, barrio ungido por consenso como centro laboral para productoras y talentos creativos.
En tanto, para los profesionales independientes el corredor Libertador, desde Belgrano hasta Núñez, muestra ahora una inusual oferta de departamentos "apto profesional" que están siendo ocupados por pymes y trabajadores independientes, enumera Faigenbaum.
"Diez años atrás, sólo un 20 por ciento de nuestros clientes nos pedían ser relocalizados en el Norte. Hoy es el 50% de nuestra cartera de empresas", enfatiza Domingo Speranza, de Binswanger Giménez Zapiola. La consultora inmobiliaria reubicó allí una docena de empresas y estudios profesionales en los últimos dos años, incluidos bufetes de abogados, rubro antes impensable fuera del área de Tribunales.
La radicación en territorio bonaerense tiene el encanto de la baja densidad demográfica, pero encierra desventajas: supone una mayor presión impositiva por el incremento en las tasas de ingresos brutos, diferenciadas por sector, y por la tasa de seguridad e higiene, calculada según el porcentaje de facturación. Así, las telefónicas y agencias de publicidad pagan más. Para los laboratorios, en cambio, radicarse allí resulta ventajoso.
En diciembre próximo una docena de empresas como Assist Card y Mercado Libre poblarán el recientemente finalizado edificio Intecons, una torre de 23 pisos de oficinas AAA, detrás del Shopping Dot, en Saavedra. El acceso es inmejorable y las tarifas son competitivas: de US$ 22 a US$ 27 el alquiler por m2, indicó Ezequiel Camps, director de la desarrolladora homónima. IRSA también le adosó a su centro comercial otro edificio de oficinas, convencida de que la demanda es firme. Denominada zona Philips, por la presencia "colonizadora" de esa empresa en terrenos aledaños vendidos por ésta, en mayo también venidero comenzará a construirse la segunda Torre Intecons. En tanto, Personal, con edificio propio, Eli Lilly, Sadesa SA, Nycomed, Merck Sharp & Dohme, entre otras, ya operan allí. Ese corredor continúa con crecimiento irrefrenable hasta San Isidro.
Más descentralización
En 22 meses, con US$ 45 millones de inversión, el primer edificio público de sir Norman Foster en América latina se convertirá en la sede administrativa del Banco Ciudad, en el corazón del Polo Tecnológico. Su icónico edificio de Florida y Sarmiento continuará con su operatoria al público. Parque Patricios aglutinará así a ocho sedes del banco hoy dispersas por la ciudad. La llegada a esa zona de sus empleados promete agilizar el impulso en el área servicios, hoy una deficiencia que atenta contra el desarrollo de esa zona sur de la ciudad, la meta de largo aliento del gobierno macrista.
"Es una tendencia generalizada en el sector financiero la reubicación de las áreas centrales de bancos en zonas alejadas de la City porteña, donde existe una mejor calidad ambiental y se evita la congestión del tránsito", señala Federico Sturzenegger, presidente del Ciudad. Menciona la prolongación de la línea H de subte como el puente que facilitará el traslado de los empleados y revitalizará toda la zona. El HSBC, en Parque Lezama, y el Santander Río, en Barracas, hace tiempo adoptaron esa tesitura.
Otro cluster que desde hace años aglutina a los talentos creativos, productoras y canales de TV es el apacible barrio de Palermo. El último desembarco fue en marzo de 2009, cuando MTV mudó desde un edificio de Retiro y desde otro en Miami a 180 empleados, en su proceso de regionalización.
"Ganamos en tranquilidad y en poder estar juntos y cómodos", dice Alexia Dahuach, vicepresidenta de RR.HH. y Administración de MTV. "Sumamos, incluso, un espacio guardabicicletas para impulsar hábitos saludables en el staff y un lounge en la terraza para poder comer al aire libre. El cambio nos trajo beneficios a todos."
"IR A TRABAJAR ES UN PLACER"
- Como socia de la consultora en Relaciones Públicas, RFB Lynch, para Gabriela Jurevicius, ir a su oficina en Posadas y Rodríguez Peña era un suplicio. Lo mismo que para sus clientes, con todos los estacionamientos con carteles de "completo" cuando se los convocaba para las reuniones de trabajo. "Cansada del estrés de los traslados diarios, le planteé a mi socio buscar un lugar más amigable cerca del verde, fuera del nudo del centro pero no alejado, ya que por el tipo de trabajo que hacemos no necesitamos estar en el centro como antes, cuando las gacetillas se entregaban en mano a los periodistas". Los socios encontraron en el primer piso del Museo Metropolitano, en la calle Castex, en Palermo Chico, la oficina de sus sueños: sin ruidos, con un café abajo para las pausas y, lo que más agradece Jurevicius, estar cerca de la bicisenda que toma diariamente en Belgrano. "Hoy ir a trabajar es un gran placer. Gané en calidad de vida", cuenta.
"LA MUDANZA CAMBIÓ MI VIDA"
- "El día que vinimos a las nuevas oficinas en Munro, prometí que no volver a trabajar jamás en el centro", afirma Jack Smart, director de Comunicaciones de Unilever. Se entiende su firmeza cuando cuenta que vive en Pacheco, que tiene cuatro hijos a cuyos actos escolares rara vez podía asistir y que, antes, llegar a su oficina en la céntrica Plaza Roma le restaba más de 12 horas semanales. "Sí, las conté: perdía dos horas y media por día y no había zapping por radios, block de papel, grabación de ideas o meditación que pudiera aplacar la impotencia por tanto tiempo desperdiciado. Hoy el tiempo ahorrado lo reparto entre mi familia, el deporte y hacer nada", dice y destaca "el mayor contacto con la naturaleza del nuevo ámbito laboral. "En nuestras oficinas -dice- se ve el horizonte: cielo, luz, sol y espacios pueden cambiar tu forma de percibir, incluso, tu propio trabajo. En mi experiencia personal, la mudanza cambió mi vida."
"NÚÑEZ ESTÁ CERCA DE TODO"
- Luego de convertirse en madre de mellizos, a Gabriela Hoch, una experta en Relaciones Públicas, además de presidenta de Voces Vitales Argentina, la fundación creada por Hillary Clinton, le pesaba el viaje desde su casa en Nordelta hasta Puerto Madero, donde trabajaba. "Siempre me gustó manejar mis tiempos; por eso, volvía en el auto llorando: perdía diariamente tres horas de poder estar con mis hijos. Hasta que un día renuncié", cuenta. Durante un año sabático, clientes suyos la animaron a trabajar en forma independiente. "Tenía que alquilar una oficina. Quería hacerlo fuera del centro, pero cerca de los principales accesos. La Avenida del Libertador, en Núñez, está cerca de todo. Allí estoy, feliz, desde 2003. Creo que soy una de las precursoras", se jacta. Hoy, si tiene que visitar clientes, evita el centro en las horas pico. Lo curioso es que son ellos los que le piden hacer las reuniones en Núñez.
CREAR POLOS DE DESARROLLO, LA APUESTA DEL MACRISMO
- "Crear clusters o polos de desarrollo para descomprimir el centro e impulsar, a su vez, áreas deprimidas dándoles una identidad industrial o productiva es el primer objetivo de nuestra administración y la estrategia de las grandes ciudades del mundo", señala Francisco Cabrera, ministro de Desarrollo Económico de la ciudad. En su opinión, no existe un éxodo significativo de empresas hacia la provincia de Buenos Aires, sino un desplazamiento del producto bruto local a otras áreas de la ciudad. "Los números nos dan la razón: 1, 5 millones de personas ingresan diariamente en la ciudad para trabajar, mientras que sólo 200.000 porteños lo hacen para trabajar en el conurbano", ejemplifica Cabrera.
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