Informe: las consecuencias de la interrupción de las clases presenciales
Según un reciente informe de Argentinos por la Educación, la interrupción de clases presenciales ha tenido consecuencias sociales, mentales, físicas y académicos en los estudiantes.
Los autores, Guillermina Tiramonti, Víctor Volman y Federico Braga, describen las diferentes tipos de consecuencias y, cuando es posible, las magnitudes, de mantener las escuelas cerradas de acuerdo a investigaciones recientes realizadas en diferentes sistemas educativos. En este sentido, aclaran que “la evidencia específica de un país no es necesariamente extensible a la Argentina, pero que dada falta de estudios en la región, estas investigaciones ayudan a pensar posibles consecuencias y efectos perjudiciales”.
Pérdida del aprendizaje
Según el documento, “La pérdida de aprendizaje es uno de los efectos más estudiados durante un largo período de interrupción de clases presenciales. En Pakistán, el terremoto de 2005 ocasionó el cierre de escuelas por un periodo promedio de 14 semanas, lo cual condujo a una pérdida de aprendizaje en los estudiantes de aproximadamente 1,5 años de escolaridad. La pérdida se concentró en los estudiantes más vulnerables, cuyas madres no habían completado la educación primaria. Esta pérdida se debió no sólo al cierre de las escuelas sino a dinámicas posteriores al regreso a las escuelas ya que los estudiantes afectados mostraron menores niveles de progreso en el aprendizaje en los años posteriores al regreso al colegio”.
En estudios más recientes que exploran los efectos negativos de la pandemia del Covid19 los especialistas entienden que podemos ver efectos similares. En Holanda, puntualiza el informe, los autores Engzell, Frey y Ver Hagen encontraron resultados similares a Pakistán, “a pesar de ser un país con un período breve de interrupción de clases (8 semanas de cierre total)” detectaron “grandes pérdidas de aprendizaje, en especial en las familias con mayores dificultades económicas donde se registran pérdidas de hasta 55% en el aprendizaje.
Desigualdad educativa
Segun el informe, “el cierre de escuelas profundiza la desigualdad existente a medida que los niños de entornos más desfavorecidos experimentan mayores pérdidas de aprendizaje. Grewenig sugiere que de las 7,4 horas que dedicaban en promedio los estudiantes de su muestra a actividades escolares antes de la pandemia hoy en día ese tiempo se redujo significativamente. En particular, mientras los estudiantes que tenían bajo rendimiento redujeron el tiempo destinado a actividades escolares en 4,1 horas, los estudiantes de alto rendimiento redujeron el tiempo en 3,7 horas.”
Asimismo, se expone la situación de Estads Unidos, “donde luego del cierre de escuelas (entre marzo y mayo), los estudiantes en hogares de bajos ingresos perdieron 36% en el aprendizaje de matemáticas, mientras que los de altos ingresos mejoraron en el aprendizaje en 45,5%”.
De las fuentes investigadas, los autores concluyen que “la pandemia del Covid-19 aumentó las brechas de rendimiento académico dentro de las escuelas. Cada vez, la situación socioeconómica de los estudiantes se vuelve más predictora del rendimiento escolar”.
Otra dimensión de la desigualdad que advierten los autores es la cuestión de género, pues “el cierre escolar generalizado en el mundo producido por el COVID-19 probablemente vaya a acentuar los efectos pedagógicos negativos en los países de bajos recursos y en las mujeres”, ya que según un estudio ”durante la crisis sanitaria generada por ébola en África aumentó la tasa de embarazo adolescente durante el cierre escolar Sierra Leona y Liberia. A su vez, Azevedo, menciona que en países de bajos recursos es normal que el cierre escolar afecte particularmente a las mujeres incrementando sus cifras de deserción, principalmente en mujeres adolescentes (de entre 12 y 17 años)”.
Posibilidades futuras de empleo
Los autores explican que si bien, existen una serie de estudios que se ocupan de proyectar los efectos sobre las posibilidades de empleo futuro de una disminución en los valores de las pruebas estandarizadas, “son cálculos que tienen resultados muy diferentes de acuerdo a los países porque los mercados de empleo no son homogéneos”. Por ello, ”nos importa señalar que los conocimientos adquiridos tienen impacto sobre el futuro de los alumnos y de los países y no se agota en la coyuntura de la pandemia”.
Ahora bien, “un 0,2 de desviación en pruebas estandarizadas podría disminuir la probabilidad de empleo futuro en un 0,86% y por lo contrario, un aumento de los resultados en pruebas estandarizadas en la edad de 16 años en matemática, se traduciría en una tasa de salario 14% más alto a la edad de 33 años”.
“El mismo aumento en los resultados de la prueba en la edad de 16 aumentaría las probabilidades de empleo en un 7% entre los individuos de bajo nivel socieconómico en comparación con sólo el 3% entre los altos y medianos Individuos de SES (socio economics status). Por lo tanto, es probable que las pérdidas de aprendizaje encontradas para la cohorte 2020, a largo plazo, dará lugar a desventajas en el mercado laboral”.
Por otra parte, “asistir a la escuela de manera virtual en el formato full time genera una reducción de 10% en la probabilidad de alguna vez graduarse de la secundaria. Esto es una evidencia de que la asistencia a clases virtuales de manera full time puede tener efectos nocivos en la tasa de graduación y rendimiento escolar. El punto a favor, es que en el paper también se detectó que los estudiantes que regresan a las escuelas físicas después de asistir a una escuela virtual de tiempo completo se recuperan casi por completo de su caída en los puntajes de las pruebas”.
Asimismo, los autores citan estudios que sostienen que “los niños afectados por el cierre de escuelas sufren pérdidas salariales promedio a largo plazo de -1%. Estas pérdidas salariales conducen a una reducción del bienestar correspondiente a una variación del consumo equivalente de -0,7%”.
Efectos sociales y en la salud
Según los autores, alarman sobre el abuso doméstico e infantil pues hay disminución de las denuncias. “Como informa Jones, de abril a agosto los informes de sospecha de abuso infantil en California cayeron un 28% en comparación con los informes durante esos mismos meses en 2019. Los maestros son el agente que más reporta situaciones de abuso infantil ante el Departamento de Servicio Social (estos reportan un 20% del total de las denuncias). Por otro lado, una encuesta reciente de trabajadores sociales escolares encontró que el 59% sintió que la pandemia está agravando el abuso y la negligencia infantil, al menos en un grado moderado”.
“La suspensión presencial de la escuela y el impedimento de que los maestros puedan ver en el día a día a sus alumnos se esta generando un sub reporte de gran magnitud donde en muchos casos no haya nadie que visibilice situaciones de abuso infantil”, explican los autores.
Por otra parte, advierten que los informes destacan casos niños con aumento de peso durante la suspensión de clases presenciales, más notorios en las familias de bajos ingresos, ya que “la no asistencia a clases parece acrecentar el sedentarismo y los hábitos alimenticios menos saludables”.
Además, “aumentó significativamente el tiempo que los niños pasan solos en el hogar y la preocupación de las madres sobre cómo criar a sus hijos. Por otro lado, en la familia aumentó el riesgo de divorcio y la insatisfacción matrimonial”.
“La pandemia también tuvo efectos especialmente negativos en la salud mental. Para los niños y adolescentes con necesidades de salud mental, estos cierres significan una falta de acceso a los recursos que suelen tener a través de las escuelas. En una encuesta realizada por la organización benéfica de salud mental YoungMinds, que incluyó a 2111 participantes de hasta 25 años con antecedentes de enfermedad mental en el Reino Unido, el 83% dijo que la pandemia había empeorado sus condiciones. El 26% dijo que no podía acceder al apoyo de salud mental. Se cancelaron los grupos de apoyo entre pares y los servicios presenciales, y el apoyo por teléfono o en línea puede ser un desafío para algunos jóvenes”.
Conclusiones finales
Luego de analizar a los distintos autores, Tiramonti, Volman y Braga concluyen que:
- “Los efectos de la suspensión de las clases presenciales tienen un impacto negativo tanto coyuntural como a largo plazo, tanto en la dimensión individual como en la situación general de los países”.
- “La suspensión de las clases presenciales tiene un impacto diferente sobre los distintos sectores de una sociedad. En el caso de los grupos más vulnerables las investigaciones muestran un mayor efecto negativo dado que no cuentan con los mismos soportes materiales y simbólicos que los alumnos pertenecientes a los grupos de mayor poder adquisitivo”.
- “Las investigaciones muestran que los riesgos de contagio con la presencialidad escolar son muy bajos en comparación con las pérdidas que genera la suspensión de clases presenciales en términos de aprendizajes, oportunidades de empleo futuro y justicia social”.
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