La alerta que los dejó expuestos
Los curas habían denunciado que el Estado no combate el tráfico ni el uso de drogas en las villas
"Entre nosotros la droga está despenalizada de hecho. Se la puede tener, llevar, consumir, sin ser prácticamente molestado. Habitualmente, ni la fuerza pública ni ningún organismo que represente al Estado se mete en la vida de estos chicos, que tienen veneno en sus manos."
Así rezaba, en una de sus frases más fuertes, el documento suscripto por 19 sacerdotes que viven y trabajan en las villas de la ciudad de Buenos Aires, a las que calificaron "zonas liberadas".
Los curas hicieron público el texto hace 20 días, al denunciar que las discusiones de ministros y jueces por la tenencia y consumo de drogas están muy alejadas de lo que pasa en la realidad. Doce de los 19 sacerdotes, que son allegados al cardenal Jorge Bergoglio, denunciaron también el tráfico de armas como disparador de la violencia juvenil.
Si bien sostuvieron que la intención del informe no era "entrar en un conflicto", sino presentar "una reflexión sobre el trabajo pastoral", "un aporte para todos", el documento cobró una enorme trascendencia.
El Equipo de Sacerdotes para las Villas de Emergencia de la Arquidiócesis de Buenos Aires se cuestionaba entonces: "¿Ministros y jueces conocen la situación en nuestros barrios? ¿Han dialogado con el hombre común de la villa? ¿Se han sentado a elaborar con ellos proyectos liberadores, o simplemente se piensa en implementar recetas de otras latitudes? A veces, se busca transmitir la idea de que se está trabajando fuertemente en la lucha contra la droga. Se abre un solo centro de recuperación para toda una ciudad y se la empapela para dar una buena imagen".
Los curas también recordaron: "La mayoría de los que se enriquecen con el narcotráfico no viven en las villas, en estos barrios donde una ambulancia tarda en entrar, donde es común ver cloacas rebasadas. Otra cosa distinta es que el espacio de la villa, como zona liberada, resulte funcional a esta situación".
Finalmente, reclamaron que se enseñe a los chicos "cuál es el valor de la vida" y que se "escuche más a los jóvenes en la casa y en la escuela".
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