Consumo en la playa: quiénes cumplen y quiénes no. La batalla del alcohol se trasladó al Este
Prohíben tomar bebidas alcohólicas a menores de 18, pero los vecinos están indignados porque la medida no siempre se respeta
Los vecinos están indignados, pero los adolescentes de la casa están de vacaciones y, después de todo, en Punta del Este no es delito consumir alcohol en la vía pública. En todo caso, lo que está prohibido en esta ciudad -y en todo Uruguay- es la venta de alcohol a menores de 18, algo que no necesariamente se cumple al pie de la letra.
Esta disposición, que rige desde 1930, fue reforzada en diciembre último tras la firma del decreto 75, en el que el Poder Ejecutivo determina que los comercios no pueden expender bebidas alcohólicas entre la 0 y las 6, medida de la quedan excluidos los restaurantes y pubs que vendan para consumo en el local. Dentro de ese horario, por ejemplo, un supermercado no puede vender ni cerveza ni vino a nadie, por adulto que sea. Tampoco una estación de servicio o un quiosco. "Nosotros sólo tenemos facultad para controlar los comercios, pero la regla se cumple", dijo el comisario Mario San Pedro, jefe de policía de Maldonado.
"Acá, las multas son progresivas y dependen de la cantidad de bebidas que se estén vendiendo. A veces se las incauta y se hace un informe que luego es elevado a la Dirección de Coordinación Ejecutiva", agregó el funcionario, que aclaró que no siempre se clausuran los comercios.
"En lo que va de la temporada no hubo casos importantes, aunque es cierto que, diariamente, cuando vemos que se pasaron de la raya terminamos entregando a muchos chiquilines a sus papás", reveló.
La legislación uruguaya contempla -en el artículo 100 del Código del Niño- la prohibición de vender alcohol y tabaco, en todas sus formas, a quienes no hayan cumplido los 18. El Instituto Nacional del Menor (Iname) tiene a cargo velar por el cumplimiento de este artículo. El problema -explicó Ana Meni, titular de la dependencia de este organismo en Maldonado- es que no siempre hay recursos para llevar los controles a buen puerto. "Los inspectores vienen de Montevideo en una camioneta una vez por semana y salen a hacer operativos en los boliches, pero suelen faltar fondos para costear el combustible", contó.
En andas a casa
Cada medianoche, chicos y chicas de todas las tribus urbanas se encuentran en los paradores vecinos a la estación de servicio Ancap, a pasos del puente de La Barra. Como en los boliches bailables las bebidas alcohólicas cuestan un 40% más, la solución es hacer una vaquita entre todos para comprar bebidas y ponerlas a enfriar en el baúl del auto, dentro de una heladerita cargada de hielo. Luego de dar vueltas hasta encontrar una buena ubicación frente a "Medias Lunas calentitas" o "Marcelo´s, el máquina", los chicos sacan las reposeras de playa, ponen música a todo volumen y sobre el capot del auto improvisan una barra de tragos.
¿Qué toman? Cerveza, whisky, gaseosas, vodka y, en algunos casos, ron con jugos sintéticos. En los paradores apostados en el lugar suelen pagar entre 4 y 5,5 pesos argentinos el litro de cerveza de marca local e importada; un whisky doble ronda los 4 pesos; la gaseosa, 2, y las bebidas energizantes no cuestan más de $ 5.
Alrededor de las 3.30, todos parten a Mint o Tequila, porque en Moby Dick -frente al puerto- sólo entran los que acreditan más de 18. El "after" se hace en las playas cercanas o en la casa de alguien (siempre que no estén los padres) y los que tienen auto van a esperar el amanecer a un parador de José Ignacio, donde la fiesta sigue con clericot y música chillout.
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