Denuncian graves problemas edilicios. La ex Casa Cuna, en peligro
Los médicos del hospital afirman que no puede funcionar con el actual estado de sus instalaciones.
Paredes descascaradas, decenas de salas abandonadas, atiborradas de muebles que ya no se usan, un ascensor fuera de servicio y pabellones enteros que se encuentran en pésimas condiciones. Ese es el estado actual de gran parte del Hospital de Niños Pedro de Elizalde, la ex Casa Cuna, que atiende a más de 6000 niños por día.
Según los profesionales del lugar, el 60 por ciento de la edificación, situada en el barrio porteño de Constitución, no está en condiciones de ser utilizado. Uno de los pabellones del predio, denominado Carlos Pellegrini, está clausurado. Sin embargo, allí funcionan, entre otros servicios, la biblioteca, los depósitos de farmacia, el Aula Magna y la Asociación Médica.
"Las pésimas condiciones en las que se encuentra este histórico edificio afectan la funcionalidad del hospital -afirmó el presidente de la Asociación Médica, José Luis Dibeto-. No podemos trabajar así, en un lugar en el que corremos peligro nosotros y también los chicos."
Los profesionales reclaman que se ponga en marcha el proyecto de reestructuración edilicia de la ex Casa Cuna, que según ellos fue "cajoneado" por la gestión de Fernando de la Rúa.
La forma que eligieron los médicos para hacer su reclamo es bastante particular: en la página que tiene la institución, en Internet, colocaron una carta al jefe de gobierno porteño, Fernando de la Rúa, para que ponga en marcha la renovación edilicia.
Gracias a la tecnología, los que visitan esa página tienen la posibilidad de enviar a su vez, a través de su correo electrónico, una copia de ese pedido. En la escueta misiva se le pide al jefe de gobierno que "haga efectivo el plan de reconstrucción de la vieja Casa Cuna, dada la importancia social que cumple este hospital en la asistencia de los niños más carecientes".
El secretario de Salud porteño, Héctor Lombardo, negó enfáticamente las acusaciones de los profesionales y aseguró que la licitación para concretar el proyecto estará lista en un mes y medio (ver aparte).
Años de abandono
En 1994, el ex Concejo Deliberante aprobó una ordenanza que disponía la renovación del hospital. "Sólo cuatro años después, el Gobierno de la Ciudad terminó de evaluar las irregularidades que tenía el anterior pliego", se quejó Dibeto.
Esta no es una situación reciente. Ya en 1994, el hospital fue noticia cuando se cayó el cielo raso de una de las salas de cirugía. "Es evidente que el estado calamitoso del hospital no es culpa de la administración actual, sino de años de abandono", aseguró Dibeto a La Nación .
En ocasiones, a lo largo de su bicentenaria historia, por inconvenientes económicos o por inadecuadas políticas sanitarias, la Casa Cuna estuvo a punto de cerrar sus puertas.
Uno de los hospitales más antiguos del continente necesita una urgente remodelación que le permita seguir funcionando, como lo hace desde 1779.
Hace casi 220 años, el 14 de julio de 1779, el virrey Vértiz inauguró la Casa de Niños Expósitos, con el fin de asistir a los niños carecientes o abandonados del recién creado Virreinato del Río de la Plata. Su nombre original tenía que ver con que albergaba a niños abandonados, expuestos en las calles o en los umbrales de las iglesias, a merced de accidentes o del ataque de animales.
"La ex Casa Cuna debe enfrentar un vasto plan de renovación edilicia y funcional o aceptar su desactivación como hospital pediátrico", dijeron los médicos de la entidad.
El hospital cuenta actualmente con 286 camas y más de 670 profesionales, además de 315 enfermeras, empleados administrativos y de mantenimiento. Durante 1997 se internaron en el hospital 12.140 chicos, y se estima que este año la cifra superará los 13.000.
Renovación parcial
Los servicios programados para el hospital remodelado son 222 camas de internación diferenciadas, 74 consultorios externos, seis quirófanos, ocho laboratorios y más salas de diagnóstico y de tratamiento.
El nuevo hospital solucionaría algunos de los grandes problemas que plantea la infraestructura obsoleta. Actualmente, las salas no pueden ser correctamente aisladas, lo que aumenta el riesgo de infecciones intrahospitalarias; se debe trasladar a los pacientes a la intemperie de un pabellón a otro y se carece de instalaciones sanitarias adecuadas para el personal y los pacientes.
La entidad adquirió el nombre de Pedro de Elizalde en 1961, en homenaje a uno de sus directores, que fue el propulsor de grandes avances en el funcionamiento del hospital.
"Nosotras, como el doctor Elizalde, nos dedicamos a dar todo lo que podemos para atender a los chicos lo mejor posible -manifestó una de las enfermeras del hospital-. Nuestro amor es mucho más fuerte que cualquier problema edilicio.Las paredes no se caerán si estamos nosotras para sostenerlas", concluyó con una sonrisa.
Paula Benco, una mamá que esperaba ayer en los pasillos los resultados de los análisis de su hija, Soledad, se mostró conforme con la atención. "Sabemos que hacen todo lo que pueden, aunque muchas veces las condiciones del edificio no sean las mejores. Y todos los padres reconocemos ese mérito."
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