El golpe al banco de Acassuso: la marcha de la investigación. La Justicia tiene videos de los ladrones
La filmación fue entregada por las autoridades de la entidad; hoy vuelve a funcionar la sucursal
Los investigadores del robo en la sucursal Acassuso del Banco Río ya conocen los rostros de los cuatro ladrones que, el viernes último, saquearon 145 cajas de seguridad de la entidad.
Mientras sigue la investigación del robo, fuentes de Banco Río anunciaron que la sucursal abrirá sus puertas nuevamente hoy, a partir de las 10.
Ayer, las autoridades del banco entregaron una copia de seguridad de las imágenes grabadas por las cámaras instaladas en la entidad situada en la esquina de Avenida del Libertador y Perú y que había quedado registrada en una oficina del banco desde donde se monitorean a distancia algunas de las sucursales.
Según fuentes de la investigación, los cuatro asaltantes, antes de huir por un boquete que comunicaba con un túnel que conducía a un desagüe pluvial, se llevaron los originales de las cintas. Una vez que tuvieron las copias en su poder, los investigadores solicitaron la colaboración de un grupo de técnicos para realizar imágenes digitalizadas de los cuatro asaltantes. Aunque, como indicó una fuente con acceso a la causa, "algunas de esas imágenes en las que aparecen los rostros de los sospechosos son un poco borrosas".
Ninguna de las fuentes consultadas por LA NACION respondió si en las grabaciones aparece el momento en el que alguno de los 23 rehenes corrió el archivero para tapar el boquete realizado por los delincuentes para escapar del banco con un botín estimado en unos seis millones de dólares.
Peritajes realizados por los investigadores de la policía bonaerense indicaron que, por el peso, dicho mueble sólo podía haber sido colocado de esa forma desde adentro de la sucursal. Debido a esto, el jefe de la policía bonaerense, superintendente Daniel Rago, había declarado: "Todos los rehenes están bajo sospecha".
Sobre los indicios que indican que la banda que cometió el audaz asalto está integrada por miembros de una fuerza de seguridad, militar o de inteligencia, uno de los investigadores expresó: "Hay armado una especie de rompecabezas con todas aquellas personas que pudieron haber realizado un asalto de esta naturaleza y en todos los casos coinciden con ex militares, ex agentes de inteligencia o ex policías. Son la resaca".
Además de las imágenes digitalizadas con los rostros de los malvivientes, los investigadores cuentan con identikits de los cuatro ladrones que irrumpieron en el banco. Uno de ellos, quien se encargó de negociar con la policía que había rodeado el banco, tenía barba candado y vestía traje y camisa rosa.
Otros asaltantes usaron gorros, pelucas y anteojos. Aunque en todos los casos, los rehenes declararon que por las mangas sobresalían trajes de neoprene, a los que describieron como "similares a los que utilizan los surfistas". Según los testigos, los asaltantes tendrían alrededor de 35 años y, a pesar de estar armados, actuaron con frialdad y no utilizaron la violencia con sus 23 rehenes.
"Esperen. Tenemos un problema. Hay una crisis. Uno de mis compañeros está nervioso y no se quiere entregar. Voy a tratar de convencerlo. Después hablamos", dijo el sospechoso de la barba candado al negociador de la policía bonaerense, luego de pedir pizza y gaseosas.
Eran las 16.15 del viernes. Dos horas después, un grupo de policías del grupo Halcón irrumpió en el banco y encontró a los rehenes encerrados y 145 cajas de seguridad saqueadas. Mientras que los ladrones se habían esfumado.
Hasta anoche, los detectives de la policía bonaerense no habían logrado encontrar ni la ropa que llevaban encima los delincuentes cuando irrumpieron en el banco, ni el motor del bote inflable en el que transportaron las bolsas con las que cargaron un botín valuado en más de seis millones de dólares, conformado por joyas y dinero en efectivo.
Importantes fuentes de la investigación desmintieron una versión que se difundió anoche y que indicaba que los buzos tácticos de la policía bonaerense que revisaban el caño maestro construido debajo de la calle Perú, hubieran encontrado el lugar por el que los asaltantes salieron del desagüe pluvial.
En tanto, fuentes del banco aseguraron que era "falso" que la alarma antisísmica del banco hubiera sido desactivada varios días antes del robo y aclaró que el sistema "funcionaba perfectamente".
Con respecto al túnel realizado en el banco, por el que escaparon los delincuentes, fuentes de la entidad explicaron que "la gente que trabaja en la sucursal nunca había visto el boquete debido a que ese recinto donde funciona una sala de máquinas está al lado de una medianera".
Mientras que sobre la excavación realizada por supuestas filtraciones detectadas en el banco, voceros de la entidad, citados por la agencia Télam, indicaron "el pozo no tenía más de un metro".
lanacionar