La ola de inseguridad: cómo prevenir la violencia. La mitad de los porteños no sabe adónde recurrir ante un delito
Una encuesta reveló que existe poca relación entre los vecinos y las comisarías
Los vecinos de la ciudad de Buenos Aires y la Policía Federal están disociados. Y uno de los motivos de que no se integren es la pésima imagen que tiene esa fuerza de seguridad en la opinión pública.
No obstante, la ciudadanía le adjudica a la policía cierto grado de legitimidad a la hora de imponer la autoridad.
Por eso, el 63 por ciento de los vecinos consultados en una encuesta realizada por el Instituto de Políticas Públicas de Seguridad Ciudadana señala que ante la comisión de un delito recurriría a la policía, a la que le reconoce un devaluado índice de autoridad de 4 puntos, si se lo considera en una escala del 1 al 10.
El estudio del instituto que orienta la ex diputada Patricia Bullrich destaca que 6 de cada 10 vecinos no conocen el número telefónico de la comisaría más cercana a su domicilio, por lo que es evidente que ante una situación delictiva difícilmente puedan recurrir rápidamente al servicio policial y, en su lugar, traten de resolver el problema por sus propios medios.
La falta de esta información, sumado a que sólo 4 de cada diez porteños conoce a su policía y la crítica imagen de la institución policial, da cuenta de la ruptura de la relación entre comunidad y fuerza de seguridad.
Los guarismos indican que el 62,85 por ciento de los 406 encuestados no conoce el número de teléfono de la comisaría de su jurisdicción. Los valores se invierten con la dirección, ya que el 63,47 por ciento de los encuestados sabe dónde está situada la seccional, pero casi el 90 por ciento de la gente no sabe quién es el comisario responsable de velar por la seguridad del barrio.
En función de estos indicadores, el organismo elaboró un índice de conocimiento de la policía, que llega a 3,72 en una escala del 1 al 10.
Experiencias barriales
Este amplio grado de desconocimiento de la policía por parte de la comunidad conspira contra la instrumentación de políticas de prevención comunitarias a través de una adecuada interacción entre los vecinos y sus fuerzas de seguridad.
Asimismo, la falta de un puente entre las instituciones y la gente trae como consecuencia una escasa participación comunitaria en el diseño de políticas de seguridad y las priva de tener un mayor control sobre las fuerzas policiales.
Intentos para revertir esta situación se realizaron desde comienzos de año en el barrio de Saavedra. Allí, por intermedio de la Dirección de Política Criminal del Ministerio de Justicia, la comuna porteña y las asociaciones intermedias se montaron redes de vigilancia entre vecinos. Estas consisten en llamarse por teléfono ante cualquier anomalía que se observe en el barrio y dar de inmediato aviso a la policía.
El jueves último, los vecinos de Barrio Norte intentaron lo mismo, agrupados por la Asociación Vecinal Verde Barrientos, de lo que informó en exclusiva La Nación .
El estudio destaca que la disminución del delito en Nueva York está vinculada con la activa participación de la comunidad en programas de vigilancia vecinal, al igual que en Barcelona.
Allí, la comunidad se constituyó en la principal fuente de información y de control, lo que trae como consecuencia una reducción del índice de criminalidad y de la percepción de la sensación de inseguridad por la que atraviesa la ciudadanía.
La policía espera una propuesta
Para la Policía Federal, el plan de seguridad urbana que elaboró el jefe del gobierno porteño, Fernando de la Rúa, tiene su punto más conflictivo en la idea de crear patrullas de personal civil para recorrer las calles, según dijeron altas fuentes de la fuerza.
Si bien los funcionarios consultados por La Nación aseguraron no conocer la existencia del proyecto, señalaron que podría ser riesgosa la instrumentación de un sistema de control civil.
"Primero habría que ver bien cómo es la iniciativa, pero prima facie parece complicado. Estos agentes podrían enfrentarse a situaciones de riesgo y sería peligroso. Habrá que charlarlo y coordinar las tareas", afirmó un comisario del Departamento Central.
En cuanto al anunciado ofrecimiento de personal municipal para hacerse cargo de tareas administrativas en las comisarías, las fuentes coincidieron en que "es una oferta interesante que será escuchada".
En medio de un momento de profunda crisis interna dentro de la fuerza, la Policía Federal se mostró sorprendida por la intención de las autoridades locales de actuar más enérgicamente en seguridad.
Al momento complicado que vive la institución por las sospechas de corrupción, se suma la incertidumbre por el dilatado traspaso de los efectivos a la órbita de la ciudad, algo que no es visto con buenos ojos por la mayoría de las autoridades.