La Policía busca una pareja por la explosión de un cajero automático en Almagro

Una pareja de unos 30 años era buscada hoy por la Policía, sospechada de ser la autora material de la explosión de una bomba casera en una sucursal del BBVA Banco Francés del barrio porteño de Almagro.

Fuentes policiales explicaron a la agencia DyN que las sospechas surgieron luego del análisis de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la entidad bancaria, aunque hasta el momento no hallaron ninguna pista concreta para localizar a los acusados. En tanto, el atentado se lo adjudicó una organización autodenominada "revolucionaria" que utiliza el nombre "Andrea Salcedo".

Andrea Salcedo era un tipógrafo y militante anarquista asesinado en Estados Unidos en 1920, contemporáneo de los míticos anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, ejecutados en 1927 en ese país, quienes habían tenido activa participación en las denuncias contra las autoridades por la muerte de Salcedo.

Mediante un comunicado explicó que el hecho fue "sólo un ruidoso recuerdo de que aquí estamos, siempre de pie y siempre dispuestos a cortar y destruir de cuajo las raíces de su riqueza".

Fuentes policiales revelaron que el análisis del suceso se basa en las imágenes de video captadas por tres cámaras de seguridad de la entidad bancaria, situada en la avenida Rivadavia 4059, con las cuales se puede advertir el momento en el cual una pareja coloca el artefacto explosivo en la puerta.

Los voceros contaron que los sospechosos son un hombre y una mujer de unos 30 años que minutos antes del hecho pasaron caminando por la puerta del banco. Segundos antes de la explosión, se advierte cuando la mujer de la pareja se acerca al acceso y deposita en el suelo un bulto, que luego explotó y destruyó gran parte de la entrada del banco, indicaron los informantes.

La explosión ocurrió a la 1.53 de la madrugada de ayer y por el hecho, una mujer de 24 años sufrió algunas quemaduras en su cuerpo, por lo que fue hospitalizada. El estallido, además, destruyó el frente de la sucursal, donde los vidrios blíndex externos e internos resultaron pulverizados en un radio de casi cinco metros, de acuerdo a la distancia que separa la puerta de calle del sector de recepción del local.