La conmemoración del patrono irlandés. La tormenta les quitó color a los festejos porteños por San Patricio
Los pubs estaban anoche repletos en la zona del Bajo, pero la lluvia demoró la fiesta en las calles
La fuerte y persistente lluvia diluyó parte de los festejos nocturnos en el Día de San Patricio. Desde fines de los años 90 se instauró en la ciudad la costumbre de reunirse para conmemorar al patrono de Irlanda. Una excusa para celebrar entre amigos y cerveza en mano.
Los pubs con la temática del trébol estuvieron con capacidad colmada anoche en la zona del Bajo, pero el mal tiempo cerró la posibilidad de juntar en las calles a las 40.000 personas que vivieron la fiesta de 2009. Sólo después de las 23 la celebración se volcó a las calles, aunque no fue masiva.
De todas maneras, el gobierno porteño mantuvo el operativo de prevención, que incluyó un vallado especial entre las calles Leandro N. Alem, Córdoba, Ricardo Rojas y Florida. En esa zona, la Policía Federal estableció puntos de control para que no se ingresara con alcohol al perímetro vigilado. La intención oficial fue que sólo se consumieran bebidas dentro de los bares, por eso se verificó que no se vendiese alcohol en los quioscos cercanos.
El jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, supervisó personalmente los controles realizados por la ciudad. "En estos momentos nos preocupa más que los bares respeten la capacidad máxima de clientes, porque por la lluvia no hay mucha gente en las calles", comentó a LA NACION pasadas las 21.
A esa hora constantes chaparrones obligaban a buscar cobertura a quienes aún no podían acceder a un bar. En los principales había fila de espera en las entradas. Es que 50 inspectores porteños verificaban la concurrencia en los locales, así que el ingreso en ese momento era casi uno por uno. Alguien debía salir para que otro ingresara.
Fuerte seguridad
Los grupos policiales eran visibles en la zona de bares céntricos. Decenas de uniformados patrullaban la calle Reconquista, epicentro cada año de los festejos. Eran muchos también los policías de civil, muy jóvenes, de igual edad que los asistentes a los bares. Sus armas de fuego eran fáciles de observar en sus espaldas. En la calle Alem esperaba un grupo de Infantería. Y además había personal de la Policía Metropolitana.
Tanta seguridad tuvo que ver con los incidentes que se produjeron en los últimos años, cuando masivas concurrencias, exceso de consumo de alcohol y ánimo de peleas generaron trifulcas en las calles. Anoche, la lluvia alejaba esa posibilidad.
Más allá de los festejos, algo más apagados este año, en los bares la comunidad irlandesa desarrolló su conmemoración patronal con espectáculos típicos en la plaza Irlanda, en Caballito, donde se instalaron carpas con comidas tradicionales y, por supuesto, cerveza.
La celebración oficial comenzó a en la Catedral Metropolitana con un homenaje al general San Martín; luego se realizó una recordación del almirante Guillermo Brown. También se concretó un colorido desfile desde Arroyo y Suipacha hasta la plaza San Martín, seguido por una fiesta de danzas populares irlandesas.
Dentro de los pubs, el ambiente fue de algarabía. "Aquí hay muchos habitués, profesionales que vienen a la salida de sus estudios o consultorios, y hoy no se pierden la fiesta", comentó el encargado de uno de los pubs. Entre los grupos que esperaban su turno de ingreso, la mayoría eran jóvenes no mayores de 25 años. Los encargados de las puertas pedían documentos ante cualquier duda para evitar la entrada de menores. Antes de que la lluvia borrase parte de los festejos, pudo observarse a turistas entre los primeros en llegar a los bares. Sobresalían las camisetas verdes del seleccionado irlandés de rugby. El tatuaje momentáneo de tréboles en los rostros se vio a primera hora de la tarde, también antes de que la tormenta trastocara todo.
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