Las múltiples maneras de estafar en Internet
El mecanismo usado por el criminal cibernético colombiano es una de las muchas clases de ganzúas digitales que existen en la actualidad.
Funciona así: la persona recibe un mensaje de correo electrónico con un "Asunto" tentador, divertido o preocupante. Engañada, le da doble clic al archivo adjunto. Luego de esto, la pantalla sólo muestra un mensaje de error.
Sin embargo, sin que la persona lo note, se ha instalado y puesto en marcha un virus especial del tipo troyano que le franqueará al pirata el acceso a la computadora de su víctima.
A partir de ese momento, el pirata sólo tendrá que usar un simple programa de comunicaciones para ver lo que se hace en la computadora invadida.
Así, tendrá acceso a los mails, nombres de usuario, contraseñas y otros archivos sensibles. Con esa información podrá transferir dinero sin trabas, porque en Internet somos, por ahora, ese nombre de usuario y esa contraseña.
Existen otros métodos para robar esta vital información de la computadora de las personas. Por ejemplo, el troyano suele incluir un keylogger, es decir, un programa que registra todo lo que se escribe en la PC y lo envía por mail, de forma oculta, usando su propio software de envío de correo, a una cuenta del delincuente virtual.
El registro tendrá mucho texto sin importancia, pero también los nombres de usuario y contraseñas que el pirata busca. Por eso, un buen sitio de comercio electrónico o banca en línea incluye un teclado en pantalla para escribir la contraseña usando sólo el mouse. Así, si hay un keylogger, no registrará la clave. Pero incluso esto puede burlarse.
Una de las nuevas y más temidas formas de estafa por Internet es el phishing (por fishing, pescar, en inglés). El phishing también se basa en el mail. La víctima recibe un correo donde se le dice que han sido comprometidos sus datos personales en el banco on line o el sitio de subastas por Internet. Abajo hay un link y se le solicita que los verifique con urgencia.
Engañada en su buena fe y preocupada por la posibilidad de una estafa, la persona hace clic en el link y va a parar a un sitio visualmente idéntico al de su banco.
Pero es sólo una fachada; atrás están los malvivientes del siglo XXI esperando para captar su nombre de usuario y su contraseña.
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