Una multitud recibió al muchacho en Tigre. Liberaron a Cristian tras pagar rescate
La familia entregó US$ 50.000; hay un detenido; la banda llamó a Blumberg Lo dejaron en un descampado de Del Viso El segundo pago se efectuó en Open Door, ayer Lo cobró un secuestrador que tenía a dos cautivos en el baúl del auto
La sonrisa no le entraba en la boca y las manos no le alcanzaban para estrujarse el corazón. "¡Gracias a todos los que rezaron por mí. Me trataron bien!", gritó Cristian Ramaro anoche, a minutos de las 21, apenas fue liberado por los delincuentes que lo mantuvieron cautivo durante siete días.
El medio millar de personas que lo vivaba, que lloraba y gritaba frente a la casa de Tigre de los Ramaro, a orillas del río Luján, aullaba de alegría, ante la sola presencia del muchacho liberado que se abrazaba a la madre, Hilda, aferrada a dos rosarios que llevaba al cuello.
Uno de los captores había sido detenido ayer por la mañana cuando tenía en su poder a otros dos empresarios secuestrados, que fueron liberados tras un intenso tiroteo con la policía en las afueras de la villa Cri-Cri, de Garín. Hay seis prófugos de la banda, pero que están identificados, dijeron anoche fuentes policiales a LA NACION.
La liberación de Cristian resultó posible gracias a que ayer por la madrugada la familia pagó un segundo rescate por su vida, una suma de 50.000 dólares, que se hizo efectivo sobre la ruta, en la zona de Open Door, dijeron a LA NACION fuentes oficiales. La primera cuota de 270.000 pesos había sido abonada el jueves último, en Villa Lugano, cuando el padre de Cristian arrojó una bolsa de residuos con el dinero desde un auto en marcha a otro.
Pero fue clave en la libertad de Cristian Juan Carlos Blumberg, el padre de Axel. Blumberg relató a LA NACION que luego de que la familia de Cristian pagó la segunda cuota del rescate, los delincuentes lo llamaron a su casa de Martínez. No lo encontraron. En la segunda comunicación, a las 11.45, le dijeron a Blumberg que habían recibido el dinero del segundo rescate y que Cristian iba a ser liberado en los próximos siete días.
Blumberg se indignó con los secuestradores. "Entréguenlo ya. El padre de Cristian está muy enfermo y se puede morir", les dijo. Y les advirtió: "Si no lo largan rápido, esa muerte va a pesar sobre su conciencia".
No se sabe qué le respondieron los secuestradores. Nueve horas después, Cristian Ramaro recuperó la libertad en un descampado de Del Viso. Pidió un teléfono y avisó a su familia, que de inmediato llamó a la policía. Efectivos de la bonaerense lo ubicaron de inmediato, pues estaban en la zona, ya que desde allí había salido alguno de los llamados extorsivos.
Víctor Ramaro, el empresario de una flota fluvial, recibió a su hijo en la casa y apenas lo vio pareció recuperar la salud, pero aún no tenía las fuerzas suficientes para salir a la puerta de Lavalle 863, en Tigre, y saludar a la multitud de vecinos que festejaba la liberación de Cristian.
Apenas llegó a la casa, vestido con una chomba rosada, los vecinos lo abrazaron y se le tiraron encima. Ya adentro, festejó y se bañó, porque en los siete días que pasó cautivo, con vendajes cuyas marcas se notaban en las sienes, no pudo hacerlo. A las 22 volvió a salir a la puerta: no se cansaba de saludar con la mano en alto, de abrazarse a sus hermanas, sus tíos y a su madre, que mezclaba lágrimas de alegría con gritos de entusiasmo. La multitud lo aclamaba al grito de "¡Vamos gordo! ¡Cristian, carajo!"
A las 23, Blumberg llegó a la casa de Tigre para abrazar a Cristian, a quien -dice- sintió como su propio hijo.
La policía, que perseguía desde ayer a Leandro Santos, de 29 años, sospechaba que estaba ligado a la banda. Lo detuvo cuando tenía cautivos a dos empresarios a los que liberó. Le secuestraron armas, cargadores de armas largas y chalecos antibala. Santos había ido a cobrar el segundo rescate por Ramaro en el Mercedes-Benz azul de los empresarios, con ellos cautivos en el baúl.
Hubo 70 allanamientos para dar con la banda que está identificada, según el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian. Entre los sospechosos estaría un ex asaltante de bancos, afincado en Gualeguaychú, con conexiones en el Uruguay.
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