Los autos clásicos coparon el imponente paisaje de Bariloche
SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Entre gauchos y caballos que celebraban por el Día de la Tradición en el Centro Cívico de Bariloche, medio centenar de autos clásicos se hicieron paso para iniciar la tercera y última etapa de las 500 millas del Sur, una carrera de regularidad que cada vez despierta más interés.
Los tradicionales paisajes en el Circuito Chico o camino a Villa la Angostura se transformaron durante tres días en el escenario para la competencia de regularidad que se parece más a un evento social que a una carrera deportiva.
Las 500 millas del Sur cumplieron esta semana su sexta edición en la región de los lagos con una cuidadosa logística y pruebas de todo tipo para que los pilotos de los 55 vehículos participantes demostraran los atributos de los autos que ya no están en el mercado.
Los pintorescos y emblemáticos autos que marcaron historia, volvieron a salir a las rutas de la cordillera con inmejorables condiciones climáticas de días soleados y calurosos como hace tiempo no se vivían en primavera.
La competencia comenzó el jueves pasado con la primera etapa de pruebas desde el Centro Cívico hacia la zona oeste y cada día sumó más pruebas de promedio de velocidad y logística, hasta la culminación de la carrera ayer por la tarde, cuando luego fueron reconocidos y premiados los ganadores de cada categoría en el hotel Panamericano.
Los pilotos demostraron ser apasionados por los autos clásicos al igual que muchas mujeres que tomaron el volante para enfrentar alguna de las pruebas de la competencia. La carrera este año convocó mayoritariamente a argentinos, entre los que se encontraba el empresario Gregorio Perez Companc, quien piloteó un clásico Ford azul junto a su hijo. También compitieron tripulaciones italianas que distinguieron sus vehículos con la bandera de su país.
"Esta carrera envicia el hobby y no podés dejar de participar", contó a LA NACION Diego Villafañe, un tucumano que comenzó a competir en la edición que se realizó en Salta hace varios meses y se sumó a cada propuesta con su Taunus de 1983.
Los asistentes contaron que los pilotos se van sumando por recomendaciones e insistencia de amigos que ya participaron y, a partir de allí, se arma una "cadena". Quienes asisten todos los años afirman que la competencia es una opción de relax y disfrute más que una carrera deportiva.
Además del atractivo de los autos, el paisaje deslumbró a muchos que por primera vez llegaron a Bariloche para esta competencia.
Las 500 millas se transformó en un clásico evento deportivo en primavera, que se realiza desde hace seis años en Bariloche, además de concretar ediciones en Salta y Uruguay.
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