Los jóvenes renovaron su afecto y admiración por Ernesto Sabato
Su último libro, "Antes del fin", casi agotó 60.000 ejemplares en tres ediciones.
"Gracias por todo, maestro". Fue la frase más pronunciada por la gente al estrechar la mano de Ernesto Sabato, ayer en la librería Losada, mientras firmaba ejemplares de su exitoso libro "Antes del fin", editado por Seix Barral.
Y en ese todo, que muchos lectores agradecieron con besos y lágrimas en los ojos, se incluyen -según los diálogos recogidos por La Nación - su pluma, su palabra y su ejemplo ético. Hubo decenas de jóvenes agradecidos y Sabato mostró que se siente adolescente entre ellos.
El escritor se conmovió varias veces a lo largo de las casi tres horas en que firmó ejemplares. Otras tantas musitó: "Recibo tanto cariño que me da vergüenza".
Casi 60.000 ejemplares agotó el autor de "Sobre héroes y tumbas", que ya lleva tres ediciones de su último título. Ayer, en Losada, hasta las nueve de la noche, se habían vendido más de 400. Más de 600 personas se agolparon dentro y fuera del local de la avenida Santa Fe 2074 para tocar, besar, mirar al escritor y pedirle su firma. El dueño de la librería definió el hecho como "inusitado. Nunca se juntó tanta gente en este local, porque tampoco hay quien la junte".
Su llegada fue anunciada por dos jóvenes con indisimulado aspecto de estudiantes universitarios.
-¡Allí viene el maestro!, gritó Alejandro (23) y, junto con su novia Mariana (22) inauguraron el aplauso de bienvenida. Más tarde, Sabato les firmó dos viejos ejemplares de sus obras anteriores.
Macarena y Camila (17), dos adolescentes bulliciosas, que no dejaban de cuchichear a centímetros del escritor, definieron a Sabato como "una leyenda, una persona muy interesante". Entre risueño y severo, el autor de "Hombres y engranajes" se cansó de sus parloteos y, tras firmarle dos libros, las invitó a retirarse para no desconcentrarse.
Un viejo amigo
-¡Querido, qué gusto verte!- le dijo Sabato al científico Manuel Sadovsky, que junto con su esposa había hecho la larga fila para que el escritor le firmara un ejemplar.
El ex secretario de Ciencia y Técnica de la Nación y el pensador se abrazaron emocionados, mientras confirmaban quién era el más joven de los dos. Al despedirse, Sábato le dijo con ironía: "Ya nos vamos a ver ...en el otro mundo".
Y Sadovsky replicó: "Por las dudas, yo voy caminando despacito".
Este diálogo imperdible fue uno de los muchos que enriquecieron el intercambio del escritor y sus lectores, muchos de los cuales estuvieron cargados de ternura, complicidad y oxigenante humanidad.
Algunos se animaron con las confesiones privadas. "Me llamo Elvio, pero en casa me dicen Toto", fue la presentación de un señor mayor. "Tengo taquicardia", farfulló otra lectora que le pidió "no aflojar".
"¿Toda este gente me lee a mí?", preguntaba Sabato al ver el río inacabable de lectores en espera.
-Soy Victoria Ocampo- dijo con voz tímida una morenita adolescente.
-No puede ser. Victoria Ocampo hubo una sola. Parece una broma -respondió Sabato, sorprendido.
-(Mario) Benedetti me dijo lo mismo -dijo la chica resignada.
"Está bueno el libro, maestro. Lo empecé a leer y no me puedo despegar", comentó Karina mientras otra dama confesaba haber comprado 12 ejemplares para regalar.
"Hoy es mi cumpleaños, ¿puede ponerlo en la dedicatoria", pidió tímidamente Federico (20).
Sabato se emocionó al reconocer la primera edición de "Sobre héroes...", sobre el cual una joven le pidió una dedicatoria para su padre.
"Hay que luchar", animó Sabato a dos chicos de nombre Sebastián, que le agradecieron "por existir".
Alguien muy cercano al escritor explicó las razones de su conmoción al llegar a la librería:"Todos les dicen: Que Dios lo bendiga , y le confiesan que él les importa".
Fragmentos de "Antes del fin"
- Realidad: la dura realidad es una desoladora confusión de hermosos ideales y torpes realizaciones, pero siempre habrá algunos empecinados ... que en sus vidas y en sus obras alcanzan pedazos del Absoluto.
- Finitud: la vida se hace en borrador y no nos es dado corregirla.
- Globalización: al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalización. La angustia es lo único que ha alcanzado niveles
- unca previstos.
- Esperanza: a pesar de las atrocidades ya a la vista, el hombre avanza perforando los últimos intersticios donde se genera la vida.
- Compromiso: sólo quienes sean capaces de sostener la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido.
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