Los padres de Santiago Maldonado aceptaron hacerse un análisis de ADN para cooperar con la investigación
A pedido de los familiares del joven desaparecido, los estudios los hará el Equipo Argentino de Antropología Forense
ESQUEL - Luego de una firme reticencia inicial, Stella Maris Peloso y Enrique Maldonado, padres de Santiago, desaparecido desde el 1º de agosto en Chubut, aceptaron aportar sus muestras de sangre y saliva para cotejos de ADN, en la causa de hábeas corpus que instruye el juez Federal de Esquel, Guido Otranto.
Su cooperación en la búsqueda de Santiago, cuestionada por el ministerio de Seguridad, se hará efectiva en 25 de Mayor, donde residen, pasado mañana, ante el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que realizará los estudios.
Según pudo saber LA NACION, la familia desconfía de los cotejos que está realizando el genetista Daniel Corach, científico del Conicet y director del Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Universidad de Farmacia y Bioquímica de la UBA. El EAAF no sólo tomará las muestras para la obtención del ADN, también tendrá un rol activo en la investigación, a pedido de la familia y de organismos de derechos humanos.
El juez Otranto accedió a que participara la EAAF para disipar cualquier sospecha en la investigación policial y judicial. Más allá de lo estrictamente científico, el EAAF realizará entrevistas y cumplirá un papel investigativo en la causa. La familia junto con organismos de derechos humanos como el CELS descartan otras hipótesis que no sea la de desaparición forzada de persona. Sin embargo, en la investigación se acrecientan las dudas sobre la participación de la Gendarmería en la desaparición de Maldonado.
Esas dudas quedarán en parte disipadas con los cotejos de ADN entre cabellos y manchas presuntas de sangre recolectadas en los móviles de la fuerza y cabellos y una rasta de Santiago, que la policía científica junto al juez hallaron, guiados por perros, en la vivienda del joven tatuador en El Bolsón.
Las muestras genéticas de los padres servirán además para establecer fehacientemente si los cabellos del joven son de Maldonado, ya que se presume que su vivienda, en la Biblioteca del Río, era usada por múltiples personas. Allí, ante la consulta de LA NACION, un grupo de mujeres encargadas de la administración de la biblioteca, rechazó aportar datos sobre el joven. Se estima que hacia fin de semana se conocerán los resultados preliminares de los cotejos genéticos.