El ballottage: por primera vez se aplica el sistema de segunda vuelta. Los porteños eligen a su jefe de gobierno
Mauricio Macri intenta coronar con un triunfo su primera experiencia política; Aníbal Ibarra va por la reelección
Por primera vez desde que fue sancionada la Constitución de la ciudad, los porteños eligen hoy, en segunda vuelta, al jefe y vicejefe de gobierno.
Las fórmulas en pugna son Aníbal Ibarra-Jorge Telermann, por la coalición Fuerza Porteña; y Mauricio Macri-Horacio Rodríguez Larreta, por Compromiso para el Cambio. Este último binomio fue el ganador de la primera vuelta realizada el 24 de agosto último por poco menos de cuatro puntos de diferencia.
Los 2.688.735 vecinos de la ciudad habilitados para sufragar, podrán votar entre las 8 y las 18 y se espera que, al menos, un 5 por ciento del 10 por ciento que no asistió en la primera vuelta -habitantes de barrios cerrados del conurbano bonaerense o ciudadanos que viven en la provincia, pero que tienen domicilio en la Capital-, lo haga en esta oportunidad.
La elección de hoy tiene, además, un detalle que aumenta la expectativa. Se anticipa un resultado muy cerrado y una exigua diferencia entre ambos.
Para esta campaña electoral, Ibarra contó con el respaldo del presidente de la Nación, Néstor Kirchner, y de la ex candidata para el mismo cargo, Elisa Carrió, más un sector importante de la izquierda.
Macri, en cambio, cuenta con el apoyo de parte del Partido Justicialista -el que conducía el ex jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado, SIDE, Miguel Angel Toma-, los partidos de centroderecha y gran parte de los votantes que sufragaron por el ex candidato a Presidente, Ricardo López Murphy.
El día de los candidatos
Ayer, impedidos de hablar por la veda política en vigencia, Ibarra y Macri dedicaron la jornada a hacer deportes y vida familiar.
Ibarra, por ejemplo, cumplió con lo que tenía previsto: en primer lugar, preparar un asado para sus dos hijos Pablo y Santiago, un clásico que nunca elude, salvo excepciones.
El jefe de campaña del funcionario porteño, Carlos Campolongo, dijo ayer que, además del encuentro con sus chicos, Ibarra resolvió jugar fútbol con sus ex compañeros del Colegio Nacional de Buenos Aires, con quienes compartió una comida el jueves último "a modo de cábala". También jugó un partido de paddle.
Anoche, Ibarra volvió a ponerse en el papel de asador, para agasajar a algunos amigos y funcionarios de su gabinete.
En tanto, Macri hizo ayer "lo que no pudo en estos últimos meses, que es descansar un poco, pasar el día con su familia y estar tranquilo", según dijo Juan Pablo Schiavi, su jefe de campaña.
Por la mañana, Macri concurrió a su oficina de la calle Chacabuco, se reunió con algunos de sus colaboradores y saludó a los coordinadores y fiscales generales de escuelas para dar las últimas puntadas a lo que es la estructura de control y fiscalización de mañana.
Al mediodía, almorzó con su mujer, Isabel Menditeguy en el restaurante Oviedo, en Barrio Norte, donde lo sorprendió LA NACION.
La expectativa
Schiavi reconoció que "sí estamos preocupados organizando hasta el último detalle el acto comicial porque todo tiene que funcionar bien, no se pueden cometer errores y estamos tratando de cuidar al máximo los detalles para que no suceda ninguna cosa que el pueblo argentino no merece".
Ibarra votará a las 9.30 en la Escuela Malvinas Argentinas, de Villa Ortúzar, pero una hora antes compartirá un desayuno con los periodistas.
Ibarra llegará a su cuartel después de las 17 de hoy, según adelantó Campolongo.
"Después de votar, seguramente va a volver a la casa, compartirá con sus hijos el almuerzo y después va a llegar al lugar del comando, desde donde seguiremos el transcurso del recuento de votos", dijo ayer.
Macri votará "entre las 9 y las 10" en una escuela de Scalabrini Ortiz y Santa Fe, en Palermo, explicó Schiavi.
El candidato esperará los resultados del escrutinio desde sus oficinas de Compromiso para el Cambio, en la calle Chacabuco. Allí, resaltó su jefe de campaña, "recibirá a los amigos, a la gente allegada y a quienes vienen a expresar su buena onda después de votar".
Todo esto al ritmo de Memphis, la Blusera, con un catering permanente hasta que se empiecen a conocer los primeros resultados.
Fuentes confiables decían ayer que el Gobierno había garantizado que el recuento de los votos y los resultados parciales se conocerían a una hora razonable: en los comicios del 24 de agosto las cifras tardaron horas en conocerse.
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