Abandono en Campana. Maltratos en una clínica para adultos
Casi sin atención médica, sucias y conviviendo con ratas fueron encontradas 25 personas
Quince días fueron suficientes para advertir que la situación tenía que llegar a su fin. Debía finalizar el sufrimiento de las 25 personas internadas. El estado de abandono era desgarrador. La mujer renunció a su puesto de mucama y ayer denunció las irregularidades que se repetían a diario en la clínica San Camilo, en Campana.
Anoche, el fiscal de Instrucción Juan José Maraggi y detectives la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Campana allanaron la clínica, situada en Sívori y Rivadavia. Si bien el lugar fue habilitado como clínica, en el segundo piso funcionaba un geriátrico donde vivían 20 personas, según informaron voceros policiales y judiciales.
"Había un importante estado de abandono de las personas internadas", explicó a LA NACION el subdirector de la DDI de Campana, comisario inspector Abel Milano.
Según el jefe policial, en San Camilo trabajaban un médico y una enferma.
"Nos encontramos con un lugar con muchas cucarachas y la comida fuera de la heladera", describió Milano. Fuentes de la investigación dijeron que, al cierre de esta edición, no se había logrado hallar a ninguna autoridad del lugar.
Voceros del Ministerio de Seguridad bonaerense agregaron que los jubilados estaban mal alimentados, que no eran higienizados desde hacía varios días y que convivían con ratas.
El fiscal Maraggi explicó que en el tercer piso de la clínica San Camilo funcionaba la sala de terapia intensiva, donde había cinco pacientes internados. El resto se hallaba en el piso que funcionaba como geriátrico.
Una de las personas que estaba en la sala de terapia intensiva fue trasladada de urgencia al hospital de Campana porque su estado de salud era muy delicado. En las próximas horas, iban a ser derivados a otros centro de salud los otros cuatro pacientes.
Voceros judiciales sostuvieron a LA NACION que, además del médico y de la enfermera, había cuatro personas más contratadas por el centro de salud. "Esta gente era personal de limpieza, pero los obligaban a hacer tareas de enfermería", afirmaron las fuentes consultadas.
Denuncia
La situación de los jubilados internados en Campana se conoció ayer cuando una empleada de la clínica San Camilo se presentó en la Municipalidad para denunciar que en el lugar funcionaba un geriátrico sin habilitación.
"Cuando los inspectores municipales llegaron a la clínica, les fue negado el ingreso; entonces, se presentó la denuncia ante la fiscalía. En forma urgente, se ordenó un allanamiento", explicaron fuentes de la investigación.
Según dijeron a LA NACION voceros de la causa, la mujer que hizo la denuncia había comenzado a trabajar en la clínica San Camilo hacía 15 días.
"La contrataron como personal de limpieza, pero, de un día para otro, le exigieron que hiciera trabajos de enfermera. Le decían que tenía que aplicar inyecciones a los pacientes", relataron los voceros consultados.
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