Marte aguarda la misión más compleja
La semana próxima, un vehículo de exploración de la NASA descenderá, guiado por un argentino, para buscar agua y rastros de vida
Será una de las misiones más arriesgadas y complejas para la NASA y uno de sus responsables será un argentino: el ingeniero espacial Miguel San Martín. Casi como un homenaje a Ray Bradbury, el hombre que más nos inspiró sobre Marte y que nos dejó en junio último, el más grande y avanzado vehículo robotizado jamás construido para explorar el planeta rojo está a sólo ocho días de amartizar y comenzar a develar los secretos del vecino más cercano a la Tierra.
La nueva aventura espacial de la NASA es protagonizada por el rover Curiosity (Curiosidad), un verdadero laboratorio en movimiento cuya misión principal es la de descubrir compuestos orgánicos que permitan averiguar si el ambiente del planeta rojo contiene o pudo albergar vida, y de existir, si ésta es nativa o provendría de meteoritos.
El Laboratorio Científico de Marte (MSL, por sus siglas en inglés), que buscará las posibles evidencias de un entorno favorable microbiano, incluidos los ingredientes químicos de la vida, fue descripto como la nueva "máquina de ensueño" por los científicos de la NASA, que vienen trabajando en este proyecto desde 2003 con una inversión de 2500 millones de dólares.
El explorador tiene 3,05 metros de largo, 2,74 metros de ancho y 2,10 de altura hasta su mástil. Tiene el doble de tamaño que sus antecesores, Spirit y Opportunity, pesa una tonelada y lleva diez instrumentos científicos de última generación.
La misión Curiosity significa toda una novedad para la NASA en cuanto al amartizaje, ya que luego de viajar por el espacio durante 245 días (poco más de ocho meses) a una velocidad de 12.000 kilómetros por hora y cubrir una distancia de casi 570 millones de kilómetros, el rover descenderá primero con el paracaídas más grande jamás construido, y luego mediante un mecanismo de propulsión y un sistema de cables similar a las grúas aéreas que utilizan los helicópteros para colocar equipo pesado en lugares inaccesibles en la Tierra.
El lugar donde aterrizará el vehículo será el cráter de Gale, elegido porque contiene cinco kilómetros de altas montañas Sharp y porque se cree que alberga bajas capas de sedimentos y de arcillas que podrían haber contenido agua y, por tanto, vida. "Este parece un sitio muy prometedor, que tuvo agua en algún momento de su pasado y que lo podría haber convertido en un sitio habitable", explicó el 26 de noviembre último, día del lanzamiento, Michael Meyer, científico principal del programa de Exploración de Marte de la NASA.
En la Tierra, la vida microbial existe en todos los lugares donde hay agua, así que los científicos esperan que lo mismo suceda en Marte. Hace un año, la NASA afirmó que había encontrado pruebas de flujo de agua salada en las empinadas pendientes marcianas, que, de confirmarse, sería el primer descubrimiento de agua líquida activa en el planeta rojo.
Los datos parecían mostrar movimientos de agua salada desplazándose bajo la superficie, captados por el Mars Reconnaissance Orbiter. Sin embargo, el Curiosity no explorará esas áreas y no se encontrará en posición de confirmar aquel supuesto.
Cuenta con un brazo robótico de 2,10 metros que lleva en el extremo un martillo automático y un láser (con la energía de un millón de bombitas de luz de 100 vatios) para romper y penetrar las rocas del planeta rojo hasta vaporizarlas. Una vez pulverizadas, el brazo las introducirá dentro del complejo laboratorio interno para realizar su análisis químico y biológico, mediante la utilización de un espectómetro. Además del material rocoso, se analizará la composición química de los gases liberados por el láser. La luz reflejada por esos materiales permitirá caracterizar los minerales, hielos, moléculas orgánicas y otros datos de vital interés para los científicos. Esa información tardará sólo 14 minutos en llegar a la Tierra.
Material biológico
Según un estudio ruso-estadounidense, publicado en la revista académica Geophysical Research Letters, de la Unión Geofísica Estadounidense, las capacidades del nuevo robot y la búsqueda en el sitio adecuado podrían ser la clave para hallar material biológico autóctono del planeta rojo.
Si bien hallar estructuras complejas de carbono relacionadas con la vida es poco probable, debido a que son más vulnerables a la radiación cósmica, que bombardea constantemente la superficie de Marte y penetra un poco en su subsuelo, los investigadores creen que los cinco centímetros que podrá perforar el Curiosity bastarán para sacar importantes conclusiones, ya que la radiación a esa profundidad se reduce unas diez veces.
Aunque todavía es extrema, podría permitir la existencia de algunas moléculas orgánicas simples a esa profundidad. Además, en algunos lugares, especialmente cráteres recientes, podrían conservarse todavía los complejos bloques de construcción de la vida.
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