Miguel Barnes, el "Conde de Caballito"

Le dicen el "Conde de Caballito". Y él tiene hasta la capa para justificar el título. Se trata de Miguel Barnes, dueño de la barbería La Epoca, la peluquería museo de la calle Guayaquil 877.

Miguel siempre quiso ser peluquero, aunque de chico trabajaba en el negocio familiar: una verdulería y frutería que existía en el mismo local donde ahora está su peluquería.

Pero no hace falta la excusa de cortarse el pelo para ir a La Epoca. También se puede ir a tomar un café al pequeño bar anexado al local, donde algunos días se presentan pequeños grupos de artistas.

O a recorrer las vitrinas con sus miles de piezas históricas, que Miguel fue coleccionando con mucha paciencia y afición. Muchos de estos objetos fueron donados por los propios vecinos. Otros fueron rescatados de sótanos y casas de antigüedades.

"Todas estas cosas expuestas tienen un gran valor afectivo para mí y para todos los vecinos", cuenta Miguel. "No son sólo objetos, sino pequeños pedazos de recuerdos", agrega.

Jabones, hojas de máquinas de afeitar y muchos otros utensilios de las antiguas peluquerías forman parte de esta colección. También la cabina de teléfono es antigua, una donación de la familia de Miguel, y a pesar de los años, funciona perfectamente.

La Epoca es exclusiva para hombres en lo que respecta a la peluquería, aunque muchas mujeres visitan el lugar para tomar un café. También para los hombres se ofrece el tradicional servicio de las antiguas barberías: la afeitada "señorial". "Es una verdadera ceremonia que incluye fomento y doble afeitada", explica Miguel.

Barbero solidario. Pero además de todos esos servicios, La Epoca organizó un grupo llamado "Hagámonos cargo", a través del cual realizan numerosos eventos sociales con fines solidarios.

Desde festejos por las fechas patrias, hasta shows con músicos y artistas invitados, que antes se realizaban en la peluquería pero que por la cantidad de gente que convocan hoy se hace en distintos lugares, todos estos eventos sirven para ayudar a hospitales, hogares o escuelas que así lo necesiten.

Así, el Conde de Caballito invita a todos los vecinos a disfrutar de su "peluquería cultural".

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